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viernes, 25 de diciembre de 2015

Ana, tengo que hablar contigo

Mi madre, los había acompañado, y yo me quedé en la hípica, cuando terminó la clase, Santi se acercó a mi y me dijo:

-Ana, tenemos que hablar, he visto, lo que le acabas de enseñar a esa niña que hoy ha montado por primera vez en su vida... ha sido muy bueno, eh.... me preguntaba si te gustaría ser... eh.... monitora para... para los de iniciación, y para campamentos.... si, eh.... el próximo año organizamos uno y... estamos preparado todo y.... ¡ah! también, si no te importa, me encantaría que me acompañaras a comprar ponis, para los niños, porque, bueno, cada vez vienen niños más pequeños...y...pues eso, has hecho muy buen trabajo Ana- Yo tenía una gran sonrisa en la cara.

-Si, es decir...¡me encantaría! Es genial ¿cuando tengo que ir a ver los ponis contigo?

-¿El domingo te parece bien?

-Perfecto-  Volvimos a casa, ¡en dos días ayudaría con la compra de unos ponis!, estaba muy ilusionada. Nunca había visto así a Santi... Me acerqué a Circe, ella giró la cabeza y golpeó con el casco el suelo.

El domingo, me desperté temprano, estaba ansiosa por ir a comprar los ponis con Santi, me puse unos pantalones de montar negro y una camisa azul, me puse las polainas de cuero y las espuelas redondas, cogí mi fusta y bajé las escaleras, desayune rápidamente y fui al granero, le di la comida a Circe y cogí su equipamiento. Le puse la mantilla azul y le vendé las patas también, y le puse la doble rienda. Fui todo el camino hacia la hípica haciendo ejercicios de doma, cuando llegué a la hípica, desmonte y desensillé a Circe, la llevé al paddok y fui a buscar a María, ella me llevó dentro de las cuadras, estaba limpiando una cabezada.

-¡Ah! Hola Ana, ¿quieres ir ya?

-Puedo esperar... Es decir, no pasa nada si no vamos ahora.

-No, voy a coger el coche ¿llevas fustas y espuelas?

-Si

-Perfecto- Santi abrió la puerta del coche y entró, el viaje no duró mucho rato. Cuando llegamos, bajamos del coche y nos acercamos a un pequeño cercado, había un hombre con un poni australiano tordo, un castrado, Santi dijo que tenía ya 15 años, era mayor, aun nos quedaban varios ponis por ver.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

¡Quiero aprender a montar!

Cuando llegamos a mi casa, desmontamos y guardé a Circe, cogí un ronzal largo y lo até al filete de Noa, bajé al cercado de doma y ayudé a montar a Ainhoa.

-Agarra así las riendas- puse las riendas en mis manos- y pon las piernas más adelantadas, sigue el movimiento del caballo con tu cuerpo.- chasqueé la lengua y Noa comenzó a andar.-¡las riendas un poco más cortas! ¡Muy bien!- varios minutos más tarde, decidí ponerla a trote,-¿quieres correr un poco más?

-¡Si!- dijo entusiasmada, chasqueé la lengua y Noa comenzó a trotar, Ainhoa daba botes en la montura-¡Levántate en la silla!¡Bien, Ahora siéntate!- Ainhoa hizo lo que le pedí- Bien, ahora levántate y siéntate al ritmo, arriba, abajo, arriba abajo...¡Muy bien!- Estuvo trotando diez minutos más y después paramos, le quité el ronzal y dejé que fuera sola por la pista- Para que trote, da un golpe con los talones, para que pare, tira de las riendas, no trotes hasta que vuelva, no tardo mucho, ¡cierro!- Ainhoa asintió y cerré la puerta, corrí hasta el guardarnés y cogí el equipamiento de Circe, bajé rápido hasta el cercado donde estaba Noa y puse el equipamiento en la verja, subí de nuevo y cogí a Circe, bajé y até a la yegua cerca de la silla y entré en el cercado de nuevo

-¡Hazla trotar un poco!

-¿Queeeeeee? ¿Yo?

-Si, tú- Noa trotó y Ainhoa hizo un amago de trote ingés, poco más tarde, fui con ella, agarré a la yegua y bajó.- ¿Te a gustado?- Asintió- Ven, te enseñaré las partes de la silla y cabezada, también a ponerlas- me acerqué a Circe y le fui diciendo las partes de la silla y la cabezada a Ainhoa- Le puse la silla y la cabezada y ella se fijó en como lo hacía, para hacerlo ella con Noa alguna vez.-Coge a Noa, nos vamos a dar un paseo a devolver a la yegua-  Cogí la fusta, y recoloqué las espuelas en mis botines, Noa acercó a mi a la yegua y se la agarré, montó rápidamente, cuando agarró las riendas y estuvo bien colocada até un ronzal a su filete, monté en Circe y comenzamos a andar, al llegar al portal, até el ronzal al cuello de Noa, de modo que en caso de peligro, pudiera cogerla, abrí el portal y salimos al paso, de pronto, se abrió la puerta de mi casa, salieron mi madre y el padre de Ainhoa, él, sobresaltado, dijo:

-¡Ainhoa!¡Baja de ese caballo, puede hacerte daño!

-Antes mira lo que puedo hacer

-¡No!

-¡Papá! Házme caso, ven. -hicimos que los caballos andaran y nuestros padres nos siguieron, cuando llegamos a la hípica, desmonté y até a Circe, quité el ronzal del cuello de Noa y le di las gracias a Santi, que ahora estaba dando clase de iniciación a un niño pequeño, entré con Ainhoa en pista y comenzó a trotar, el padre, estupefacto sonrió y comenzó a hablar con mi madre.

-Ainhoa, nos vamos, ¿quieres volver otro día?

-¡Si! - Dijo muy contenta, el herrador y ella se fueron hasta donde tenían el camión y se fueron, yo fui a desensillar a las yeguas y duché a Noa, la guardé en la cuadra y dejé que Circe se revolcara en la arena de la pista.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Hora de alistarse

El herrador,  que era amigo de mi madre, había llegado, aparcó en la entrada y salió, segundos más tarde, salió una niña de más o menos mi edad, con el pelo largo y oscuro del coche, yo fui a coger a Circe, la até fuera de la cuadra, aquella niña se asustó, justo cuando Circe resopló.

-Tranquila, no te hará nada, solo ha resoplado- Dije, sonriente

-¿En serio?- Dijo más tranquila

-Si, puedes tocarla si quieres- Ella se acercó temerosa, y extendió el brazo- Así- Le di una palmada en el cuello y ella hizo lo mismo, comenzó a sonreir, más tarde el herrador empezó a recortarle los cascos, se los limpió bien por dentro y comenzó a golpear una herradura para darle forma... hizo eso con todas las patas, y se las colocó, Circe no mostró ninguna señal de estar nerviosa, estuvo tranquila y se portó bien, pero el herrador sacó la esquiladora, y la conectó, comenzó a hacer un ruido molesto, y Circe se asustó, fui a por las orejeras y se las até a la jáquima, comenzó a tranquilizarse el herrero acercó la esquiladora y comenzó a preparar a Circe, cuando terminó, le quité las orejeras y la acaricié.

-¿Vas a montar?

-Si- Dije

-Vale...-Dijo ella- No se lo digas a mi padre, pero... ¿me enseñarías a montar?

-¿Yo?- ella asintió

-No se...

-Espera un segundo- Ella corrió hacia mi casa y le dijo a su padre que iba a dar un paseo conmigo- Listo, ¿donde puedo montar?

-Ehhhh, no se si es seguro que lo hagas en Circe...

-Ainhoa- Circe levantaba las patas y las golpeaba contra el suelo, la cepillé un poco y la ensillé, le enseñé a Ainhoa la cabezada y como se colocaba.... agarré a la yegua de las riendas y le dije a Ainhoa que me acompañara, íbamos a ir a la hipica.

-Por favor... Santi, déjame a un caballo...

-Mmmmm ¿Para ella? ¿ha montado antes?

-No- dijo

-Prepararé a Noa, ¿váis a vuestra casa?

-Si- dije, Santi le dijo que escogiera mantilla, ella, cogió una azul marino y rosa, a juego con su chaleco. Yo até a Circe y fui a por Noa, la llevé a la pista de dar cuerda, mientras tanto, en el picadero de al lado, Santi les daba una clase de saltos a Uxía, ayudé a Ainhoa a montar, y después até un ronzal a su filete, monté en Circe, y fuimos a mi casa.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Una noche larga

-¡Circe! Ahora no, ¡Porfavor! ¡Arriba!- tirré de la cuerda

-¡Ana! ¡Tranquila, el veterinario llegará en cinco minutos!- ¡Cinco minutos es demasiado tiempo...! Me desplomé en el suelo

-Circe...- La yegua comenzó a toser, y a respirar con mayor dificultad, mi acerqué a ella, tenía sangre en los ollares- ¡No!- Comenzaron a caer lágrimas por mis mejillas- te pondrás bien chica...- De repente, vi como unas luces iluminaban la puerta del granero, y después se apagaban, mientras escuchaba de fondo el sonido de la llave, ¡el veterinario había llegado!, él entró rápidamente al granero y me aparté de la yegua, se acercó a ella.

-¿Qué ha pasado?

-Escuché sus relinchos... y me desperté vine corriendo y respiraba muy fuertemente, no soy capaz de hacer que se levante....

-Tiene sangre en los ollares... uff....- dijo de manera pesimista

-Ana, ven entra en casa...- mi madre me llevó dentro de casa y me dio unas galletas mientras me decía que todo saldría bien... el veterinario consiguió que la yegua se levantara y dijo que solo había que darle un medicamento en polvos más unas pastillas, y mantenerla atada, que era por haber comido algo con "noseque", una cosa rara que no pueden comer los caballos, en resumen, que tenía que vigilar que comía la yegua, espolvoreé el medicamento en polvo en una rebanada de pan de molde y melaza y añadí la pastilla, la doblé y se la di, estuve con ella toda la noche, hasta que mi madre vio que me había quedado dormida dentro de su cuadra....

Cuando me desperté, Circe estaba de pie, me estaba mirando.

-¡Hola gordita, ¿estas mejor?- Circe resopló y sacudió la cabeza- ¿Eso es un si?- me reí un poco y abracé su cuello, la desaté y fui a andar un rato con ella, cuando volvimos a la cuadra la di otra vez el medicamento y la dejé atada de nuevo.

Una semana más tarde, el veterinario le hizo una revisión a Circe.

-Está perfectamente, deberíais herrarla ya, y también hacerle el esquilado, este pelo de invierno aún no se le ha caído- dijo señalando el cuello de la yegua- un esquilado de caza no le iría mal- El veterinario se fue, y mi madre llamó a un herrero, que vendría a preparar a la yegua al día siguiente.

-¿Qué, vamos a hacer ejercicio? Un momento linda- fui hasta una zona del granero donde había postes y tablas pequeñas, fui hasta una finca bien grande y coloqué todo a modo de obstáculos de salto, había hasta 1,70 metros de altura, fui a la cuadra- ¡Buena chica!- cogí la mantilla azul y se la puse junto con su silla, también le puse protectores en las patas y le coloqué la cabezada, monté en ella y la llevé a el cercado de doma, calentamos e hicimos algunos ejercicios, después la saqué y la llevé a la finca grande, hice que galopara, un galope recogido, y me dirigí al primer obstáculo, salté unas vallas cruzadas pequeñas, y después fuimos al vertical de 1,40, acabamos yendo al último obstáculo, el muro, de 1,70, Circe, aceleró, escuché sus cascos golpear el suelo con impaciencia.- ¡Vamos Circe!- La yegua saltó, veía al enorme obstáculo comparado con la yegua, ella no podía ver lo que había detrás, pero confiaba en mi, y saltó. "No lo conseguirá" pensé, hasta que comencé a notar, como me acercaba al obstáculo, pero a la vez me alejaba, Circe levantó las patas traseras y las estiró, como si de un paso de alta escuela se tratase-¡Consigues eso después de una semana parada!- no entendía a la yegua, ¿como podía hacer eso?, la guardé en la  cuadra, y le di de cenar.

martes, 3 de noviembre de 2015

Entrenando

Cuando oyeron los cascos de Circe, todo se quedó en silencio.

-Ana, ¿puedes enseñarle a Alberto, lo que le has enseñado a Circe?

-Claro- Hice que Circe hiciera todos los ejercicios que le había enseñado, Alberto miró a la yegua

-¿Qué edad tiene?- dijo Alberto mientras le daba una golosina

-dos años y cinco meses

-¿Y la montas a esta edad? ¿nunca te ha dado problemas? -dijo rápidamente

-No, al menos a mi, la primera vez que la monté, tenía algo más de un año ¿a qué vienen tantas preguntas?- pregunté un poco exaltada

-Por nada, simple curiosidad-dijo Alberto- ¿Puedo probarla?

-No creo que eso sea buena idea...-Dije

-Es verdad Alberto, es mejor que no montes en ella, solo permite que la monte Ana, a mi me ha tirado...

-¿Por que no la iba a montar yo? anda dame- agarró las riendas de Circe

-Tranquila chica, no pasará nada...- yo intentaba tranquilizar a la yegua, que se estaba poniendo nerviosa, Alberto montó en ella, y antes de que pudiera ponerse los estribos, Circe se encabritó, y comenzó a corcovear.-¡Baja! ¡ No parará hasta tirarte!

-Tonterías, le falta un poco de disciplina- dijo Alberto impertinente, mientras golpeaba con espuelas el costado de mi yegua, y agitaba una fusta...

-¿Disciplina?- Dijo Santi dudoso- Alberto, baje del caballo- Alberto dudó un poco, y bajó, corrí al lado de Circe, y comencé a hablarle y a masajearle la cruz...-¡Alberto!¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer?. Santi y Alberto discutieron.

-¡Me aseguraré de que esa yegua acabe en un matadero, y de que esa niñita... no entre en ninguna escuela de hípica!- Alberto montó en su caballo y se fue

-Tranquila, es inofensivo, lo dice solo para asustar- pero no estaba tranquila.

Aquella noche, tuve una pesadilla, ese hombre, Alberto, se llevaba a mi yegua, la subía en un camión, escuchaba sus relinchos... Me desperté de golpe, pero esos relinchos, seguían ahí...

-¡Circe!-bajé las escaleras corriendo, llovía mucho, y las ramas de los árboles golpeaban el granero, cerré la puerta de mi casa en silencio y corrí descalza sobre la tierra, mojada, abrí una de las puertas del granero, Circe no asomaba la cabeza por la puerta de la cuadra como de costumbre, abrí la puerta, escuchaba resoplidos, pero apenas veía nada, no había luz alguna, corrí a encender la luz al fondo del granero, volví a la cuadra, la yegua estaba tumbada en el suelo, y respiraba agitada y fuertemente.-Circe,¡Arriba!- tenía que conseguir que la yegua se pusiera en pie, y llamar a alguien, corrí a casa, la lluvia me daba en la cara, abrí la puerta y grité - ¡Mamá! ¡El teléfono! ¡Llama al veterinario! ¡Rápido!- Mi madre se despertó y cogió el teléfono.

-¿Qué pasa?

-Circe...-Tenía que coger aliento

-Tranquila. llamaré al veterinario, corre con ella- comencé a correr hacia fuera-¡coge paraguas!- no me importaba mojarme, resbalé sobre la hierba y me caí, de inmediato me levanté y corrí a la cuadra.

-Circe, pronto llegará el veterinario, ahora tienes que levantarte, vamos bonita....¡Arriba Circe!- Agarré un ronzal y lo até, comencé a tirar de el mientras le decía a la yegua que se levantara, conseguí que se comenzara a poner en pie- ¡Muy bien chica!¡venga, arriba!- seguí tirando, la yegua no se movía, intenté de nuevo que se levantara, hizo un intento, pero se desplomó sobre la cama de su box...

lunes, 2 de noviembre de 2015

De vuelta a Cancela y a los saltos

Hacía mucho calor por la mañana, subí a Circe en el remolque, y nos fuimos, después de un largo viaje, llegamos, bajé a la yegua, que se "despertó" al oír los relichos de los caballos de la hipica, la lelvé a la cuadra, y bajé el equipaje, al terminar, saqué a la yegua, y la ensillé, le puse la doble rienda (que ya la habíamos probado) y también la fusta de doma y las espuelas redondas, después, la saqué a pasear, salimos a un trote ligero y por el camino, estuvimos haciendo espalda adentro, grupa al muro, algo de passage... en cuanto llegamos a la hípica, fui al patio, Santi no me reconoció.

-¿Ana?¿Eres tu?- Me dijo María

-Si

-¡No me digas que esa es Circe!¡Qué bonita! Esta muy guapa.

-¿Le enseñaste más cosas?

-¡Pues claro!- Llevé a Circe a la pista de doma y le me puse a calentar.

-¡Ana!¡A finales del verano hay un concurso completo, vamos a competir varias hipicas, ¿te apuntas?

-Claro ¿con Circe?

-Si, ¿por que no?- Cuanto terminé, Santi me empezó a dictar una reprise y me dio dos mapitas- Este es el de cross, este es el de salto, y aquí la reprise- me dio otro papel con la reprise de doma, los guardé y Santi cogió a Dalya, la ensilló y dijo que fuera con él, salimos de la hipica y fuimos hacia la ciudad.

-¿Circe ha saltado ya antes?

-Si, pero sin jinete, aunque dudo que le moleste saltar conmigo encima

-Bueno, vamos al recorrido de cross al que fuiste con negro y saltamos un poco, también hay pista de salto, si quieres vamos.

-Vale- Cuando llegamos, fuimos hacia un gran picadero cubierto, donde había alguien practicando, había un hermoso caballo de color bayo encendido saltando metro sesenta, cuando vio a Santi, paró al caballo.

-Hola Santi, ¡qué alegría verte!-dijo el jinete

-Hola, Ana, este es Alberto

-Así que esta es la famosa Ana... ¿monta siempre en ese poni?

-Ahora monto siempre en ella, la quiero mucho

-¿Queréis saltar algo? Bajaré un poco las vallas para Ana

-No es necesario

-¿En serio, un poni saltando metro sesenta?, no me lo creo-dijo Alberto

-Ana, haz el recorrido después de que lo termine yo- Santi azuzó a Dalya y salió a un galope corto, había doce obstáculos, fue saltandolos todos, primero el vertical, después el oxer... cuando llegó al triple, Dalya tiró una barra, y otras dos en la combinación, cuando llegó, desmontó y colocó las barras que había tirado.

-Te toca-dijo  Alberto distante y frío, me agaché encima de Circe y le susurré:

-Enseñémosles lo que sabemos hacer- Azucé a la yegua y salió a un galope recogido, saltamos el vertical, de 1,50, después el oxer, Circe, voló por encima del obstáculo, que medía 1,40, aceleró un poco al llegar al triple, de 1,60, y lo saltó sin dificultades, en la combinación, con apenas dos trancos entre cada obstáculo, comenzó a saltar, 1,50, superado... aguanté la respiración, 1,40 superado, pero el último, un oxer de 1,60... dudaba que lo sobrepasáramos, Circe dio un salto, noté como sus cascos pasaban por encima sin rozar ni un milímetro la barra... ¡lo habíamos pasado! fui con Santi y con Alberto, me dijeron que fuera a refrescar a la yegua, y cuando volvía escuché:

-No entiendo como un poni como ese, y una niña pueden saltar eso, Santi, si Dalya falló 3 obstáculos,¡ y es una yegua alta!-Abrí la puerta y entré con la yegua

-¿Vamos al de cross?- llevamos a los caballos del ronzal, y Alberto ató a su caballo, Santi comenzó a saltar, saltó bien todos los obstáculos, hasta que se cayó, cuando Dalya se encabritó y no quiso saltar el salto de agua, me tocaba.

-¿Qué bonita preparada?- dije, subí en Circe y hice que galopara, nos acercamos a un muro, lo saltamos... de hecho, saltamos todos los obstáculos, pero me preocupaba uno de los últimos... el salto de agua, azucé a la yegua, y saltó, cayó sobre el agua, y sin pararse, siguió galopando hasta ir a la zanja y... la saltó sin problemas, acaricié su cuello, y la frené. Santi y Alberto dijeron que refrescara  la yegua de nuevo ¿un poco raro no? cuando salía de las cuadras los vi hablando, no les entendí, pero me preocupaba...

domingo, 1 de noviembre de 2015

Más cumpleaños

Ya en junio Circe tenía 2 años y 3 meses, ¡y era mi cumpleaños! me desperté pronto, bajé desayunar, como todos los días, de hecho, no recordaba que era mi cumpleaños, pero mi madre y mi padre me felicitaron y me regalaron unos preciosos botines de montar con cordones y unas polainas de cuero, también me dieron unos pantalones de montar beige y otros blancos.

-¡Gracias!, es todo fantástico- más tarde, llegó toda mi familia, que me dio dinero por cumpleaños, el dinero de mis ahorros, lo había gastado en Circe, y ahora, junto con el dinero que me acababan de dar, tenía unos 400 euros. me puse los pantalones beis y los botines con las polainas nuevos, ensillé a Circe y monté, fuimos a la hípica, cuando llegamos, acaricié su cuello y entré en la pista, desmonté y cogí la fusta, le di cuerda, y empecé a hacer algunos truquitos... una hora más tarde, Iván entró:

-¿Ahora que le enseñas?

-Ya lo verás- Yo ya estaba montada en ella, la puse cerca de la pared.... con mis señales, comenzó a hacer espalda adentro.

-¿Como consigues que aprenda tan rápido?

-No soy yo, es ella, si no quisiera aprender, no lo haría, pero lo está haciendo- Dimos una clase, y poco más tarde llegaron  mis amigas, estaban Laura, Sergio, Cristina, Daniel (Dani) y Alba.

-¡Feliz cumpleaños!- Gritaron al unísono

-¡Gracias chicos!

-Tu regalo- dijo Iván- Lo han comprado entre todos, y me pidieron que te lo guardara, toma- Iván extendió un pequeño paquete de color azul celeste con corazones rojos y rosas de colores claros, lo abrí y... ¡una cabezada de doble rienda!

-Pronto te irás de nuevo, y queremos darte esto para que Circe se acostumbre en las vacaciones y nos sorprendas de nuevo- Dijo Pablo, con un tono amable

-Gracias, es un regalo fantástico- sonreí a todos, y ellos me devolvieron la sonrisa, excepto Laura, que estaba de brazos cruzados.-¿Vamos de ruta para celebrarlo?¿Podemos Iván?

-Claro- Laura cogió a Campeador, Sergio a Nube, Cristina  a Jal, Alba a Chocolate y Dani a... ¿Quien era ese caballo? Iván dijo que había caballos nuevos, ese sería uno de ellos

-Este es mi caballo, se llama Faro- Todos montamos en nuestros caballos y fuimos hacia la playa, cuando estábamos paseando ya por ella, era casi de noche, y había poca gente.-Que Ana, ¿Una carrerita?

-Guay- Todos azuzamos a los caballos y comenzamos a galopar, el viento me daba en la cara, y notaba como los cascos de mi yegua golpeaban el suelo, Circe aceleró, y Dani azuzó a su caballo que se puso a  mi lado, cuando llegamos al final de la playa, refrenamos a los caballos poco a poco, hasta pararlos, desmontamos y aflojamos sus cinchas, nos echamos a reír, volvimos a la hípica , después me fui a casa, guardé a la yegua, y le di una suculenta cena.

2 años

Fui a la cuadra, y vi a Circe, hoy eras u cumpleaños, su regalo era una bolsa de golosinas sabor manzana, una cabezada de cuadra blanca y unos protectores blancos también.

-¡Feliz cumpleaños chica! Toma- Extendí mi mano, en ella había un puñado de avena con dos golosinas, Circe levantó la cabeza y olisqueó mi mano, comenzó a comer. La saqué de la cuadra y la duché, le puse los protectores nuevos, la manta (para que no se ensuciase, y su jáquima blanca y también cogí la la mantilla blanca de concurso, la silla y los puse en el coche, mi madre salió ya hacia la hípica con el coche, yo me puse la chaqueta y cogí también el casco, hoy había concurso, pero Iván no sabía a quien iba a montar, y tenía pensado concursar con Circe, si, ya se que es una potra, pero sabe las indicaciones para que ande, se pare, trote o gire, ¿qué iba a salir mal?

-¡Estas loca!, no puedes montar a Circe, está sin domar

-¡Laura! no pasará nada, y verás a Iván no le importará, y está domada, la domé yo

-Como que tu la domaste, ¡Ja! y si lo has hecho tu será un asco, seguro que hará alguna estupidez.

-Quedaré entre los primeros

-No

-Si

-¿Apostamos?

-Vale

-La que pierda se va de la hípica- se hizo un silencio

-¡No puedo hacer eso!

-Si que puedes, nos vemos en la hípica- Laura subió al coche y se fue. Cuando llegué a la hípica, ya había muchos jinetes, y el patio estaba lleno de caballos, estaban cepillándolos, Campeador estaba adormilado, atado a una argolla, até a Circe a la de al lado, mi madre tocó el claxon y fui a por la silla y todo el equipamiento, le di una pasada con el hilo a Circe y miré las listas, Ana reprise nivel 4 "¡he subido de nivel!" pensé yo, sería la última en concursar de mi categoría, esta vez, no ponían los nombres de los caballos, Iván estaba supervisando el calentamiento de los más pequeños, y yo repasé la reprise mentalmente por última vez, acaricié las crines de Circe, y comencé a trenzarlas, cuando terminé de trenzarle la crin y la cola, Campeador estaba ensillado, y Laura lo fue a llevar a la pista, Iván le revisó los arreos, le recolocó la cabezada y adelantó la silla, Laura montó y comenzó a calentar, ensillé a Circe y la llevé también a la pista, Iván miró la cincha y le puso un poco más de presión, de repente, se escuchó por megafonía "Siguiente concursante, de reprise nivel 2 Laura con Campeador, acérquese a pista"  Laura salió con Campeador... miré Circe.

-Pórtate bien ¿vale chica?- Circe resopló y agarré las riendas, apoyé el pié en el estribo y monté, Circe se quedó quieta, respondió perfectamente a mis señales, y cuando terminé de calentar, ya estaba en pista el último jinete de mi categoría, de repente, escuché mi nombre y saqué a la yegua de la pista, llegué al cuadrilongo, y hice trotar a la yegua, nos paramos en X y saludé... al final, paré en I y saludé, me agaché sobre el cuello de Circe y comencé a acariciarla y a darle palmadas, sonreía mucho, le dejé las riendas largas y bajé al patio, desmonté y desensillé a la yegua, guardé todo en el coche y la duché, la dejé atada en la misma argolla que antes, subí para ver a los de reprise 5 y me senté al lado de Laura.

-¿Que tal te salió la reprise?

-Bien, creo, Campeador tardó un poquito en trotar... estaba bastante adormilado, pero por el resto bien

-Vale- Cuando terminaron, todos los jinetes nos pusimos en fila "1er puesto reprise 1..." "3er puesto reprise 2, Laura con Campeador"

-A ver si superas eso- Me dijo Laura con tono impertinente "2o puesto reprise 3" "¡Mierda! No van a decir mi nombre" "1er puesto, reprise 3, Ana con Circe" Me acerqué a la mesa y recogí el diploma y la medalla, volví a mi sitio, terminaron de decir los premios, yo ya estaba poniéndole la manta a Circe cuando escuché:

-¡Mamá! No me gusta este caballo, es un vago, no lo quiero, cómprame otro.

-Cielo, has estado muy bien, dale una oportunidad, anda, has ganado una medalla, ¡que bien!

-No lo entiendes, ¡He perdido, tendré que irme!

-No te entiendo...

-¡Laura!-dije- No hace falta que te vayas, tranquila, pero no me subestimes de tal manera- Laura y sus padres se fueron y yo me fui a casa tambien, guardé a Circe.

-¡Menudo cumpleaños! ¿No crees Circe?

sábado, 31 de octubre de 2015

Otra casa nueva

Circe estaba ya bastante acostumbrada a vivir en esa cuadra, al lado de mi casa, pero ya era el día de mi clase y quería llevar a la yegua, cepillé sus crines y su cola con esmero, e incluso le pasé el cordel y un trapo para que brillara. le puse los protectores en las patas y la cabezada de cuadra azul, la ensillé (con la mantilla a juego, por supuesto) y cogí la cabezada, agarré el ronzal y salí por la puerta, llegamos a puerta de la hípica, le apreté la cincha y la llevé cerca de una argolla, la até, y de repente se me acercó Iván.

-Bueno, bueno, bueno. Mira quien ha traído un pony- Circe medía 1,45 a la cruz y su padre era un caballo salvaje de la zona)-¿Es tuyo? ¿o es alquilado?

-Es mía, se llama Circe, tiene tres año y 7 meses- Le acarició el cuello

-¿Y ya lleva silla?

-Si, y cabezada- comencé a ponerle el filete

-¿Se lo has enseñado tu?

-Si, mira esto- desaté la hebilla de la jáquima y quedó colgando de la argolla junto con el ronzal, chasqueé la lengua y golpeé ligeramente con la fusta en su hombro, la yegua hizo una reverencia, Iván me miró con los ojos muy abiertos, la yegua se levantó e hice que piafara.

-Ya está, te vas a dedicar a domar caballos

-¿Qué?

-Solo bromeaba, muy bien. ¿a quien quieres montar? tenemos caballos nuevos, yo cogeré a No body is perfect- Se acercó a una de las cuadras del fondo y de ella salió un hermoso caballo oldenburgo, lo ensilló y montó en el- Rápido, está Mañana ensillado, y también Nube, apriétale la cincha al que quieras y ponle la cabezada- escogí a Mañana, monté en él y Iván comenzó a subir por el asfalto hacia la pista descubierta, cuando llegamos dimos un par de vueltas al paso y trotamos, Iván comenzó a hacer ejercicios de doma clásica y yo a trabajar las transiciones y los cambios de mano, cuando terminó la clase bajamos a las cuadras y desensillé a Mañana, lo dejé en su cuadra, y le dije a Iván si podía mirar como eran los trancos de Circe entre otras cosas, cogió a la yegua y comenzó a darle cuerda.

-Tiene un trote bonito- la yegua trotaba vivamente- me gusta su galope, recogido y enérgico, pero su paso, es un poco desgarbado, nada que no se pueda arreglar- Sonreí a Ivan y llevé a la yegua de nuevo a la argolla, a duché y la ensillé de nuevo, me fui a casa, la guardé en su box, y le di de cenar.

viernes, 30 de octubre de 2015

El primer salto

El verano había acabado, y yo ya tenía que empezar el instituto.... Hoy teníamos que volver, yo no quería marcharme...

Entré al granero y le puse la manta de cuadra a la yegua, le cepillé las crines y la cola y le vendé las patas, fui a pasear con ella, la llevé hacia una montaña que había cerca, para hacer tiempo y esperar a que mi madre llegara con el remolque, cuando Circe y yo, volvíamos, pasamos cerca de una finca con dos ponis enanos, Circe (curiosa como siempre) quiso entrar, pero la finca estaba vallada, y era más alta que yo, mediría 1,40 o 1,50 metros, pero Circe se encabritó, tiró de mi mano y se soltó el ronzal, galopó lejos para coger carrerilla y.... Circe saltó la valla, comencé a trepar por la verja y cuando entré fui a coger a la yegua. Avisé al dueño de la finca (que por suerte tenía la casa al lado) y nos abrió la puerta con gusto, le expliqué lo que pasó y no le dio importancia, le di las gracias y llevé la yegua a casa, mi madre cargaba las maletas y yo subí la yegua al remolque, la até y fui a por su equipamiento, lo guardé todo, entré en el coche, y mi madre arrancó, poco más tarde (yo estaba adormilada, he de admitirlo) paramos

-¿por que paramos?

-Hay que despedirse ¿no?- bajé del coche y estaba en la hípica, allí estaban muchos de mis amigos, y Santi, y María, les di un abrazo a todos y nos fuimos.

Cuando me desperté estábamos aparcado, bajé del coche y abrí el remolque, desaté a la yegua y la bajé, me fijé en un niño pequeño, que señaló a Circe y dijo:

-¡Un caballito mami, un caballito!

-¿Quieres acariciarlo?

-Si si- Respondió con mucho entusiasmo, su madre me preguntó si se podía tocar, y yo le dije que si, acariciaron a Circe y se fueron, acerqué a la yegua al portal de mi casa y lo abrí acerqué a la yegua a un pequeño naranjo y la até.

-Espera un momento Cir- Me acerqué a mi madre- ¿donde pongo a la yegua?

-Llévala al almacén- teníamos una especie de almacén. trastero o algo así, bastante grande, donde cabrían tres o cuatro cuadras de largo y dos de ancho. Abrí las puertas y encendí la luz, ¡estaba vacío! (se ve que mis padres habían tirado todo lo que tenían dentro, ya que no servía para nada) pero había un par de cosas, una cuadra, igual que la del granero, un guardarnés con portasillas, bridas, cajas.... y una ducha (manguera) cerca del desagüe, me acerqué a Circe y la desaté, la llevé a dentro y la até, la quité la manta y los protectores y la guardé dentro de su cuadra.

Clases de doma

Entré en el granero y cogí la cabezada verde, hoy hacía algo de frío y también cogí la manta de cuadra, me acerqué al box, y le puse la cabezada a Circe, la até dentro y la cepillé, el puse la manta con la mantilla debajo y los protectores de tendones, le di una zanahoria y la desaté, agarré el ronzal junto con las fustas y la cabezada, la llevé a la hipica. Cuando llegamos, llamé a Santi, mientras no venía, le  saqué la manta a Circe, y la dejé sobre una montura, fui dentro del guardarnés y cogí un cinchuelo de doma, coloqué mantilla y abroché el cinchuelo, había mucha humedad, y por tanto, la mantilla tenía cristalitos de hielo, y parecía ser de un verde azulado muy bonito.

En cuanto le apreté el cinchuelo le puse la cabezada con delicadeza y le puse las riendas fijas.

-¿Qué haces?-Preguntó exageradamente Santi- ¡Aún no le pusimos el bocado!

-Yo si, y mira- hice que Circe levantara las patas de una en una, después le di una palmada en el cuello, Santi me miró con cada de aprobación. entré con la yegua al corral redondo de dar cuerda, y comencé a llevarla al paso, en cuanto dio unas vueltas, comencé a hacerla trotar... cuando terminamos el calentamiento, la llevé a la pista y le saqué el cinchuelo cogí una silla de doma clásica y se la puse encima con cuidado, se la saqué de nuevo... hice eso varias veces, en quince minutos ya se había acostumbrado a tener la silla encima, le abroché la cincha y la acerqué a la pared del picadero cubierto, hice que levantara las patas al ritmo de un piaffe, Santi miraba con asombro a la yegua. Cuando me di cuenta, Circe y yo habíamos estado practicando ya una hora, era el momento de la verdad, dije "Piaf, Circe, Piaf" la yegua comenzó a mover las patas en el sitio y a resoplar.

-¡Muy bien chica!- Acaricié su cuello y le quité la silla le puse la manta y le quité la cabezada, le puse la jáquima y fui a despedirme de Santi.

-¡Hasta mañana!- Cuando llegué a casa, solté a Circe en el prado para que comiera algo, me acerqué a ella y dije:

-Circe,¿ probamos algo?- Yo movida por mi emoción monté de un salto en la yegua.

-Piaf, Circe, Piaf- nada, la yegua no se movía- ¡Piaf, Circe piaf!- Circe levantó la cabeza y comenzó a mover las patas, resoplaba y movía la cola- ¡Muy bien!- Me agaché y acaricié su cuello cogí una cuerda y la até a la jáquima, golpeé con los talones a Circe y chasqueé la lengua, la yegua comenzó a trotar y llegamos al granero, desmonté y la guardé en su cuadra.- Hasta mañana bonita....- susurré mientras acariciada su hocico.

martes, 20 de octubre de 2015

Unos días muy felices

Al día siguiente, entré en el granero y abrí la cuadra de Circe, entré y entrecerré la puerta.

-Hola bonita- Circe resopló y se acercó a mi, comenzó a oler mis manos en busca de algún pedazo de manzada- Hoy no tengo, te daré después- Le puse la cabezada y la até fuera del box- no sé para que te compré todo el equipamiento tan pronto, porque eres muy joven ya aún no puedo montar en ti.- me reí un poco y empecé a cepillarla, pronto tendríamos que herrarla, o ponerle botas. Cuando terminé de cepillarla, le hice una dragonera en la crin y le trencé la cola, y la saqué fuera del granero, hacía calor, y bajamos a una finca que teníamos vallada, la solté y me senté en la hierba, verde por las lluvias de las semanas anteriores. Estuve vigilando lo que comía, porque yo aún no había limpiado esa finca, media hora más tarde, fui a coger a la yegua de nuevo, y al llevé hacia el granero, entramos y comencé a cepillarla, "ya se que no se puede montar, pero puedo enseñarle ya a hacer cosas..." Santi me había enseñado ya varias cosas para domar un caballo, y enseñarle cosas como la reverencia, piaffe, paso español... pero antes debía enseñarle a usar el bocado, ya que es imprescindible para estas cosas, até a la yegua cuando terminé, y fui a por la cabezada, le quité las riendas y para empezar a acostumbrarla, no le enganché el filete, le puse la cabezada y le abroché la muserola, acaricié su quijada y agarré el ahogadero, lo abroché y fui a por el filete, se lo acerqué al hocico, y se lo enseñé bien, le puse el bocado entre los dientes y se lo saqué de nuevo, y así me pasé cinco minutos, al final, le puse el bocado y lo enganché a la cabezada, esperé un poco, agarré las anillas, y tiré un poquito de ellas alternadamente, después hice presión en ambas, le desabroché el ahogardero y la muserola y le saqué la cabezada.

-¡Muy bien chica!- le di una palmadita en el cuello, y para que descansara, empecé a trenzarle la crin y la cola, cuando terminé enganché dos cuerdas largas al filete y le puse la cabezada de nuevo, cogí la fusta de picadero vieja que me había regalado Santi en una ocasión y llevé a la yegua a un cercado liso y "pequeño" que tenía detrás del granero .

-Servirá de pista- el cercado medía 20 x 56 m, muy similar a la medida de una pista de doma clásica, acerqué a la yegua a la pared,y hice presión en el filete, a la vez que en la cabezada, chasqueé la lengua, aflojé la presión del bocado y la yegua avanzó, la felicité y le acaricié el cuello, pasé las cuerdas por encima del lomo de la potra y cogí la fusta,  quité una de las cuerdas, y me quedé con la del lado izquierdo, me acerqué a la grupa de Circe, chasqueé la lengua y comenzó a andar.

-¡Trot!- golpeé la fusta contra el suelo y la yegua comenzó a trotar, hice que fuera al paso de nuevo, que trotara, que galopara, que trotara, que fuera al paso y la paré.

-¡Muy bien!- acaricié su lomo y le levanté los cascos, y hice un sonido golpeando mi pié con la espuela al levantarle el casco, después de hacerlo varias veces, cogí la fusta y golpeando mi pie con la espuela, a la vez que daba toques en el casco de la yegua, levantó el casco, al final del día, conseguí que levantara las patas, solo con el sonido, y solo con la fusta. Guardé a la yegua, y lavé el bocado, la yegua había espumado con la boca, "buena señal" pensé, guardé el bocado, y me fui a casa.

sábado, 17 de octubre de 2015

Mamá, ¿pero que dices?

Esperé a que Circe comiera lo suficiente, y la saqué del cercado, hice un sonido con la boca, para que se tendiera, y echara adelante las patas y monté en ella de nuevo.

-Tu ya sabes por donde ir, trot, Circe, trot- chasqueé la lengua y la yegua trotó de forma apacible, llegamos a la hípica trotando y llegué al patio, mientras Santi barría, y María estaba en la oficina hablando con alguien, Santi se giró y dejó caer la escoba, se acercó a mi, y desmonté.

-Íbamos yendo hacia el cercado y se asustó, salió corriendo y se enganchó la cabezada, está rota, entonces la llamé y... monté en ella, fuimos al galope juntas al cercado y he regresado todo el rato montada en ella, es muy buena.-Dije aceleradamente

-Pues espero que te guste tu caballo

-¿Mi caballo?

-Circe es tuya-Tras una pausa, comencé a llorar de la emoción y abracé el cuello de Circe, María salió de la oficina muy risueña seguida por mi madre.

-Ana, ¿te gusta esta?

-Es el mejor caballo que habría podido tener, mamá, gracias- Abracé a mi madre y Santi se acercó a mi y me dio una cabezada.

-No se si le servirá. pero le aguantará un poco, está un poco vieja... pero mañana me acompañáis y le compramos todo de su talla, ¿vale?

-¡Encantada!- Respondí yo

-Sin problema- Dijo sonriente mi madre.

Le puse la cabezada a Circe y la metí en su box, mi madre me dijo que al día siguiente montaríamos una cuadra prefabricada en casa.

Al día siguiente, me levanté prontísimo por los nervios, y fui a la hipica, saqué a Circe del box y la cepillé con esmero, la llevé al a pista de dar cuerda y la solté, comencé a hacer juegos de potro con ella y Santi comenzó a mirar como Circe corría y se paraba delante de mi para que le rascara detrás de las orejas, y volvía a salir corriendo y a tumbarse en la arena.

-Circe, ¿y para que te cepillo yo?-Dije

-Se ve que os queréis mucho- Dijo Santi de golpe, di un saltito, pues no sabía que estaba allí, agarré la cabezada de la yegua y até el ronzal, fuimos a las duchas y mojé sus patas, vientre, cuello... hasta terminar de ducharla, la sequé con un cuchillo de calor y con una toalla y la guardé de nuevo en su cuadra.

-¿Vamos?- preguntó Santi

-Vale- subí en el coche y fuimos a mi casa, mi madre salió y subió al coche también, llegamos a la tienda, entré por la puerta y a mi derecha vi toda una estantería llena de filetes y bocados, y encima estaban los estribos, también a mi izquierda vi sillas de todo tipo, de amazona, vaqueras, potreras, de doma y salto... Llegamos al mostrador donde saludaron a Santi con afecto y nos presentó, el dependiente nos ayudó a elegir una silla, escogimos una de doma, muy bonita, negra de cuero, cogimos una cincha de doma con gel, para que fuera más suave, la cabezada, escogimos una inglesa con cierrabocas (que pensaba sacarle) de cuero, y un filete, había mantillas y sudaderos de todos los colores, pero me decidí por 3, una mantilla blanca; por si algún día competía con ella, una mantilla azul celeste, y otra verde menta, para que destacaran en su pelaje color canela, y con sus crines rubias, cogimos un amortiguador blanco peludito y Santi me regaló las cabezadas que eran verde menta, y azul celeste a juego con las mantillas, y también compramos unos protectores de tendones negros y unas vendas de polo blancas, escogimos una manta de cuadra negra y una anti sudor gris y nos fuimos.

Al llegar a casa, había una furgoneta de color azul marino delante de casa, bajamos al jardín-prado y fuimos al granero donde estaba casi montada la cuadra, ya tenía el soporte para el equipamiento así que fuimos colocando todo en su sitio, silla, mantillas, cabezada...

Cogí la cabezada de color verde menta junto con su ronzal, fui a la hípica y abrí el box de Circe.

-Hola bonita, ¿vamos a dar un paseo?- Le puse la cabezada y la cepillé, llevé la yegua hasta mi casa, y la furgoneta ya no estaba, por lo que supuse que habían acabado, bajé al granero a la yegua y la metí en su nueva cuadra, ya terminada, le quité la cabezada y la colgué en un gancho que había fuera del box, acaricié su aterciopelado hocico y le di una manzana.

Hay que dejarlo estar

Mi madre rechinó los dientes, y me llevó a casa.

-No vas a tener, ni caballo ni poni, no, no vas a tener uno-Yo suspiré- Pero tranquila, que como nos tenemos que ir pronto, verás caballos todos los días.


Al paso de los días ese "pronto" llegó, las clases se acabaron, y yo hice las maletas, subí al coche y esperé a que el largo viaje acabara, en cuanto llegamos, subí las escaleras de la casa y deshice las maletas en la habitación, me puse pantalones de montar cómodos, y unos calcetines finos, me puse las botas de montar sintéticas, y salí a la calle, giré a la derecha y comencé a caminar, di un giro a la izquierda y ahí vi la hipica, sabía que no me esperaban, pero estaban allí... En cuanto Santi me vio llamó a María y me saludaron.

-Tu madre nos ha contado que buscas caballo, ¿cual es tu presupuesto? podemos ayudarte a buscar.

-Pues, no puedo gastarme más de 1000 euros, y hay que tener en cuenta, que... tengo que comprar uina manta, y todo su equipamiento para montar.

-Mmmm, creo que hasta yo tengo caballos que te servirían. tenemos a Linda, a Torda, a  Hispano, a Circe, a Jessie y también a la nueva potrita de Baya, que se llama Anha con "H", pero dudo que un potro sea lo mejor para ti, así que descartaremos a Anha y a Circe.- Decidí montar un poco a Jessie que seguía igual de vaga que nunca, y más tarde, cogí a Circe, ya grande, que tenía un año y medio aproximada mente, la llevé a pastar, y en cuanto la solté, y cerré la puerta, continuó siguiéndome, a pesar de que estaba en el cercado, solté una risita, y me marché, poco más tarde, fui a recogerla y la guardé en su cuadra.

Al día siguiente, me levanté temprano, me vestí y fui a la hípica, lo primero que hice fue saludar a Circe, y darle una manzana, saludé a los demás caballos y después saqué a la yegua de la cuadra, la até en una argolla, y comencé a cepillarla, cuando me di cuenta, Santi estaba mirándome plasmado mientras le repasaba la cola a la yegua.

-¿Como lo haces?-me preguntó

-Que como hago el que.

-Cepillarla, a mi no me deja, me muerde y me intenta dar patadas.

-No se, yo solo la cepillo- Santi asintió y salió del patio, le escuché hablar con alguien pero no le di importancia, seguí cepillando a la yegua, le levanté los cascos y le limpié las ranillas y el borde de ellos, aún sin herrar. trencé su larga crin y su cola, y la llevé al andador, hice que andara 5 minutos y después la puse al trote 10, la saqué del andador y la llevé a pastar, por el camino, mientras andábamos entre las hierbas para llegar al camino, un conejo, saltó de entre un arbusto y pasó por delante corriendo, pero Circe se asustó y se metió dentro de un bosque, donde enganchó su cabezada en una rama, y provocó su rotura, la yegua estaba totalmente suelta, la llamé y silvé un par de veces, la yegua vino trotando a mi, y no se, no se por que lo hice, pero si se lo que pasó, y monté en ella, no le molestó, en cuanto me senté bien en su lomo, le susurré.

-Gallop, Circe, Gallop- La yegua, acostumbrada a esa palabra por dar cuerda y por el andador, salió a un acelerado galope por el campo, no ella ya sabía a donde ir, sabía a donde debía dirigirse, y lo que hizo fue llegar al prado, trotar y pararse, me bajé de ella abrí la cerca y entré con ella dentro del campo, agarré con suavidad su cara, y ella la empujó acercándola a la mía.

-Te quiero Circita.

viernes, 16 de octubre de 2015

Otras sorpresas

Al llegar a casa, me madre me dijo:

-Ana, he estado pensando, ¿y si te compro un poni?

-Caballo

-Bueno pues caballo, ¿quieres uno?

-¡Claro que si!-Mis niveles de alegría volvieron otra vez a un nivel elevado, comenzamos a leer anuncios por internet, "yegua zaina de 18 años, ideal para niños, buena montura " más tarde, mi madre se levantó y se fue a llamar por teléfono, seguí leyendo "Hermoso potro de 5 años, castrado, domado en salto hasta 1,30" "el salto no me gusta mucho" pensé yo, siguiente anuncio... "caballo PRE entero, 9 años, hace doma cásica nivel 3" "este no está nada mal..." no había fotos, y no pude verlo, cosa que me habría encantado ver al caballo, por lo que decía en el anuncio, poco más tarde sonó el timbre, y por la puerta entró Ivan, y me saludó, dijo que nos ayudaría a enconrtar un caballo, leyó los anuncios que había visto yo, no le gustó ninguno, ni siquiera el del caballo PRE, solo le gustó uno... pero muy caro.

-¿Y si pruebas a alquilar uno? Puede salirte mas barato, y suelen ser mejores.

-No se... Vale- Miramos anuncios en Internet hasta encontrar uno "perfecto" encontramos a un poni/caballo de metro y medio a la cruz, y gordo, de color castaño, decían que estaba domado en alta escuela, y, sin dejarme decir nada, Iván llamó al número y quedó con los dueños para que lo llevaran a la hípica al día siguiente en la hipica.

Al día siguiente, fui a la hípica con mi madre, poco más tarde de llegar a ella, vimos un coche con un remolque de caballos, aparcaron y Ivan, mi madre y yo fuimos a ver, descargaron el caballo y lo vi bien... Castaño, regordete, de aspecto desgarbado, crines mal cortadas y enredadas... la apariencia no importa ¿no? lo ensillaron sus dueños y me dejaron probarlo, le pusieron poca presión en la cincha y se la apreté, mientras aumentaba la presión en los latiguillos el caballo dio un respingo, yo le puse la cabezada, tuve que meterle el dedo en la boca para poder ponerle el bocado vaquero que llevaba,  y lo llevé a la pista, lo paré en el centro y puse mi pié en el estribo y el poni cabeceó e intentó morderme.

-Tranquilo chico, no pasa nada- de un saltó monté en el y lo primero que hizo, fue salir trotando de golpe, lo frené y me puse el otro pie en el estribo, di un par de vueltas con el al paso "comodo" al trote "muy suave" pero cuando conseguí que fuera al galope, no galpopó, si no que comenzó a ir al trote rápido con las patas traseras y a golpear de manera extraña el suelo con las patas delanteras.

-Ana, baja de ese caballo- Ivan se acercó a mi agarró las riendas del caballo, yo me sentía muy desecilibrada e incómoda- No se porqué escogimos a este caballo, que estupidez...-Los dueños llevaron al caballo al remolque y se fueron.

jueves, 15 de octubre de 2015

A más clases, más caballos

Unos meses después, ya a finales de curso, salí del colegio con Laura.

-Tengo una sorpresa para ti

-¿Qué es?,¿ que pasa?- Pregunté impaciente, pero ella no me respondió, llegamos a la hípica y cruzamos las puertas, ella me dijo que fuéramos a saludar a los caballos, pasé de box en box acariciando cabezas de caballos, tordos, zainos, castaños... pero de pronto, vi a Laura diciendo algo similar a "hola chico" me acerqué a ella y vi como acariciaba a un hermoso caballo castaño.

-Es mio

-¿Que?

-Mis padres me lo han comprado por quedar primera en el concurso de doma. ¿No es lindo?

-Si es muy bonito...¿como se llama?-(Creo que se notó algo de envidia por mi parte...)

-Se llama Campeador, tiene once años y está castrado

-¡Hola chicas! ¿Que, conociendo a Campeador Ana? Anda, Laura ensilla a campeador, y Ana, tu monta a Nube, ¿tragiste espuelas?

-No

-Pues entonces... monta a Chocolate- Ala, ahora marginada, a mi amiga que no lleva ni un año montando le regalan un caballo, y aún por encima me ponen a montar a chocolate...

Ensillé a la yegua y la llevé a la pista, monté y hice el calentamiento, poco después entró Laura, ya montada en Campeador, no calentó al caballo, y lo puso a trote, el castaño tenía un trote elevado y bonito.

-¡Iván! Por favor ponme unas vallas- Gritó, "como le ponga vallas de salto..." pensé enrabiada, Iván le puso unas vallas de 0,50 y laura, llevando al caballo a galope, y dando botes en la silla, saltó la valla, yo llevé a Chocolate a galope y me acerqué a la valla, en vez de saltar, se frenó en seco.

-Ana, esta yegua no salta, solo hace doma.

-Creo que voy a bajar- lleve a chocolate al centro de la pista y desmonté, llevé a la cuadra a la yegua, y mientras cerraba la puerta Iván salió de la pista y se acercó a mi.

-Ana, comprar un caballo puede ser caro... podrías probar a alquilar alguno, yo creo que tienes más que suficiente nivel para tener caballo propio- Sonrrei a Iván

-Dudo que me dejen, además nunca tendré un caballo tan bueno como el de laura

-Así que es por eso... Ana, si es esa estupidez, no te preocupes.

-Pero Iván, ¡ella está en categoría 1, y el compran un caballo por ganar eso! ¡Además, dudo que sepa hacerle la cuadra a un caballo, por dios, si aún hay que ayudarla a ensillar!- Solté en un ataque de ira

-Ana, hazme caso, tener un caballo no es tan bueno como piensas...-dejé de escuchar

-Me voy a ir ya...-Cogí la bicicleta y me fui a casa...

martes, 13 de octubre de 2015

El día del concurso

El día del concurso, me desperté temprano, y me vestí deprisa, olvidando, que no había nadie todavía en la hípica, preparé el desayuno y mi madre bajó las escaleras.

-Mamá, ¿ me puedes llevar a la hípica?

-Si a estas horas ni los caballos están despiertos- dijo con voz cansada- Pero bueno, en una horita nos vamos.

-¡Vale!- Dije nerviosa, me bebí la leche y me comí una tostada a todo correr, encendí el ordenador (que tardaba tres siglos en encenderse) y cuando se encendió, abrí la web de la hípica y ojeé a ver si estaban ya las listas, nada, recargué las pestaña muchas veces y cuando vi que había un cambio, paré y esperé a que la entrada cargara, cuando terminó, empecé a leer...

-Reprise nivel 1... Laura con chocolate, Manu con... -Seguí leyendo una larga fila de nombres...- Reprise nivel 3... Ana con Nube- ¿Nube? Nunca he montado en Nube, ¡no practiqué la reprise con ella ni una sola vez!

-¡Ana!- gritó mi madre- ¡Vamos!

-¡Voy!- Grité yo, mientras bajaba las escaleras, olvidando encima de la cama las espuelas.- entré en el coche.

-¿No te dejas nada? ¿lo llevas todo?

-Si, - dije yo abrochándome el cinturón del coche, cuando llegamos, no había ningún jinete todavía, Iván me saludó y sacó a Nube.

-Anda, dúchala y trénzala.

-¿Como me ponéis a Nube?,  nunca he montado en ella...

-Tranquila es muy buena, ya verás como todo sale bien, con fusta y espuelas claro, que es un poco vaga- Iván se rió y al ver que dos niñas subían por el camino que conducía a las cuadras, se dirigió a llos boxes de Hera y de Era, las yeguas zainas.

Llevé a nube a las duchas y le acaricié el lomo, la duché empezado por las patas, que estaban un poco sucias al no haber salido del box en todo el día anterior, aparté a la yegua para dejar espacio a otros caballos y comencé a hacerle los moñitos de doma (pues su corta crin no daba para nada más.) En cuanto terminé, le puse la silla y la até cerca de las cuadras. "Ahora que me fijo, ya han llegado la mayoría de jinetes" Los pequeños ya estaban montando en la pista pequeña, que estaba bajo la atenta mirada de los espectadores, se escuchó algo por megafonía, no lo entendí muy bien, subí a la pista grande y me senté en el altillo que había para ver bien, escuché a Iván hablando y haciendo graciosos comentarios sobre el dueño de la hípica, hasta que anunció el comienzo de una reprise. El niño, se veía diminuto sobre Era, y en el trote, todos estábamos en tensión porque al ser tan pequeño, si se caía se haría daño, pasaron varios jinetes, y yo, he de admitirlo, ya cansada, vi entrar a Laura por la pista, terminó, y se fue, anunciaron los de la reprise categoría dos  y bajé, le puse la cabezada a Nube y le revisé la cincha, los cascos y las orejeras, la acerqué a la pista y le pregunté si entraba ya a calentar a Iván, entré tras su respuesta y monté, di tres vueltas a cada mano con cada uno de los aires y después escuché algo de la reprise tres, un escalofrío recorrió toda mi espalda.

-Tranquila, te saldrá genial- Me dijo aquel pequeño niño que había montado antes en chocolate.

-Gracias, tu montaste muy bien, dirigías muy bien a la yegua- Le dije con un tono amigable, después al terminar una de las jinetes subí a la otra pista, dijeron mi nombre, y comencé el ejercicio, parada, saludo... ¡salida! azucé a Nube y no me hacía caso.

-Vamos Nube...- Susurré- Vamos...-Golpeé ligeramente su lomo con la fusta y conseguí que trotara, cuando le pedí galope me hizo un caso nulo, que derivó en que me saltara dos letras... en vez de galopar en A, saqué el galope en E y hizo que mis expectativas de la yegua tocaran el suelo al terminar, saqué a la yegua de la pista, le quité la silla y la cabezada y la guardé en la cuadra. Cuando llegó la entrega de premios. Empezaron hablando de la categoría 1  y cuando llegaron a la 3 todos nos pusimos en fila, dijo un nombre, y después cogió su diploma, tras otro...

-En tercer puesto Ana, que aún sin espuelas consiguió sacarle el galope a la vaga de Nube- Me acerqué a la mesa y me dieron un diploma, pasaron una cinta con una medalla por mi cuello y me sacaron una gran sonrisa de la cara.

-Gracias- Me alejé de la mesa y me puse al lado del jinete que quedó segundo.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Unas clases después...

Después de unas semanas, Laura ya dominaba el trote inglés y había empezado el sentado, aunque por algunas otras clases tuvimos que cambiar el horario, y por tanto, ir en días separados a las clases.

Cuando fui a mi clase, preparé a Peregrino lo llevé a la pista y calenté con el.

-Ana, ahora tienes que empezar con la reprise (no era muy larga) Iván comenzó a dictarme:

-Entrada al trote de trabajo en A en X Parada - inmovilidad - saludo, Partir al trote de trabajo Pista a mano izquierda en C y círculo a la izquierda de 15 m. de diámetro Trote de trabajo... terminamos y la repetimos de nuevo varias veces, saqué los pies de los estribos y le dejé las riendas largas a Pere, lo llevé a las duchas porque había sudado bastante, le quité la silla y la cabezada y lo duché por primera vez (a Peregrino no lo había duchado nunca) Iván me dijo que le echara agua debajo del casco dentro de la plantilla porque tenía artrosis.

-Le vaciaron todo el casco.

-¿Y no le duele?

-A veces, solo si trabaja mucho seguido, cojea solo en esa situación, si no no tiene molestias

-Vale, entonces le pongo el agua ¿no?

-Sí, mira pónsela así- Agarró uno de sus cascos delanteros y puso más presión de agua en la manguera- a Pere no le gusta, pero si no se le infecta y se pondría muy mal

-Vale- Hice lo mismo que había hecho Iván y guardé el caballo.

-Bueno, pues ya sabes, a finales de trimestre, concurso

Conociendo la hipica

En nuestra escuela, nos pasábamos allí todo el día, comíamos en el comedor después de clases, y después nos quedábamos con amigos.

Tres días más tarde de haber visitado por primera vez la hípica, Laura y yo, nos presentamos para recibir nuestras clases, después del colegio, fuimos al centro ecuestre, Iván estaba dando una clase cuando llegamos, estaban montando a Nube, la llevaban al paso y al trote con la cuerda larga mientras un jinete corregía su postura sobre el caballo, Iván soltó el ronzal y se apartó del centro de la pista.

-¡Lara, ayuda a Laura a ensillar a Chocolate, empieza montando ella!

-¡Vale!- Laura y yo nos acercamos a Chocolate.

-Venga, ponle la jáquima y átala fuera- Después de varios intentos de atar la cabezada, consiguió sacar a Chocolate del box y atarla fuera, cogí la silla y la mantilla y Laura descolgó la cabezada que había en la puerta de la cuadra, ayudé a colocar la cabezada a Chocolate y apreté la cincha de la yegua, justo cuando desatamos a Chocolate, estaban saliendo de pista con Nube, Iván nos pidió que entráramos y llevé a Chocolate al centro de la pista. Laura montó en Chocolate y le pidió que anduviese con un muy suave golpe en los flancos, Iván le corrigió la manera de hacer andar a la yegua y me dijo que fuera ensillando a Petri, justo cuando iba a entrar en las cuadras, una chica se puso a mi lado y cogió la silla de Petri,

-Mira coge esa manta, se pone debajo de la silla del caballo- dijo aquella chica, le puse la mantilla adelantada y la atrasé para alisar el pelo del lomo del caballo.

-La silla hay que apretarla con esto-señaló la cincha y la apretó- ahora le voy a poner la cabezada

-Se la pongo yo, no hace falta que me ayudes tanto- cogí la cabezada

-Pero es difícil de poner

-No- Le metí el bocado en la boca a Petri y le coloqué toda la cabezada, le até las hebillas, y cogí las riendas

-¡Trae!- cogió a Petri y lo llevó a la pista.

-¡Ana! Coge la fusta de metro diez, y trae a Petri ya, que Iris ya guarda a Chocolate- Iris (aquella chica) llevó a Petri a la pista y me dio las riendas, cogió a Chocolate, le quitó el equipamiento y guardó a la yegua. Laura se apartó y entré en la pista, monté en Petri y hice el clásico calentamiento (3 vueltas a cada mano con todos los pasos) en clase, Iván me pidió hacer un trote todo el rato levantada (difííííícil) y hacer giros y círculos a trote, inglés, sentado y levantado. galopé un poco con intentos de cambio de mano y desmonté, Laura y yo desensillamos a Petri y lo guardamos.

-Gracias Iván, nos vemos la próxima semana

sábado, 12 de septiembre de 2015

Covelo


El primer día de clases, volvía en bicicleta a casa, pero antes iba a acompañar a Laura a su casa, nos metimos por un caminito y llegamos a la carretera, cruzamos y continuamos, yo iba mirando todo para acordarme por donde volver bien a casa, de pronto vi un cartel: "Hípica a 100  m."

-¿Sabes donde está?

-Si, no muy lejos, te acompaño- me dijo Laura, pedaleamos hasta llegar a la entrada, había una enorme escultura en la que ponía "Cequus Covelo" entramos y desmontamos de las bicicletas, las llevamos arriba y miramos si había alguien.

-¿Hola?- De pronto salió un chico de dentro de lo que parecían ser las cuadras

-¿Si?¿que queréis?

-Acabamos de sabes que hay una hípica y pasamos a... a...- no se me ocurría nada

-A apuntarnos a las clases

-¿qué? Eh... si.-miré a Laura

-¿Vale, os digo los precios no? ¿Habéis montado ya antes?

-Laura no, pero yo un poco- dije

-¿Y haces doma clásica? porque aquí solo hacemos eso

-Si

-¿Queréis hacer la toma de contacto ya?ahora estoy libre, por cierto, soy Iván, ¿Sabéis ensillar?

-Si-dije yo- y soy Ana

-Yo no sé, y soy Laura

-Bien Ana y Laura, os presento los caballos de la hipica- nos enseñó los caballos, estaban Nube, que era española y de color castaño oscuro, Chocolate, una yegua negra con una lista en la cara, Mañana, un macho entero KWPN negro sin marcas, Zar, una yegua torda, Petri, un caballo español castrado de color bayo encendido, Peregrino, un hispano-frisón negro castrado, Jal, un castrado bayo, Nogal, un español tordo, Era y Hera, dos yeguas zainas y por último a Jara, una frisona.-Entonces, Ana, ensilla a Zar, y yo enseñaré a Laura a ensillar con Chocolate. Zar tenía la silla delante de la puerta de su cuadra, cepillé a Zar con un cepillo suave, y le puse la mantilla con la silla y le abroché la cincha, le puse la cabezada y lo saqué a fuera, Iván señaló lo que debía ser la pista, ayudó a Laura a monta en Chocolate y la llevó del ronzal hasta la pista, soltó la cuerda de la cabezada, y monté en Zar, le hice andar y dí dos vueltas a la pista al paso.

-¿quieres trotar?-le preguntó a Laura

-Vale- Iván dio un fustazo al suelo y chasqueó la lengua, Chocolate comenzó a trotar haciendo que Laura botara en la silla como un saco de patatas, le dije que se levantara y sentara en la silla al ritmo del caballo, comenzó a hacerlo torpemente y acabó cogiendo el truco, volvimos al paso y desmontamos.

-Nos ha encantado- Iván nos dijo los precios y dejó a las yeguas ensilladas, nos fuimos a casa y quedamos en empezar las clases el mismo día en horas consecutivas.

La despedida

Tres días más tarde de la exhibición, tuve que irme, me fui a despedir a la hípica, me despedí de todos, de Santi, de María, de Uxía... ¡y de los caballos!

-Hasta la próxima Circe-le di una zanahoria cortada en pequeños trozos y me fui, cuando llegué a mi casa, subía algunas maletas al coche, y me fui.

-Mamá

-¿Si?

-¿Cuando volveré a montar?

-Si hay una hípica por allí te apunto- dijo, dando por hecho que no había hípicas donde yo vivía. Y el colegio estaba a punto de empezar.

jueves, 10 de septiembre de 2015

La exhibición

No podía creer que hoy fuera el día de la exhibición, estaba muy nerviosa, me desperté pronto, cogí la bicicleta y fui a la hípica, eran cerca de las siete cuando llegué, Santi y María ya habían llegado, y acababan de dar de comer a los caballos.

-Llegaste justo a tiempo!- dijo María - mira, es un regalo - dijo extendiendo una bolsa.

-Gracias!-Abrí la bolsa y rompí el papel regalo, dentro había una chaqueta de montar negra de estilo inglés con botones color plata- ¡Es precioso!

-Póntela, ¡te queda genial!- yo me había puesto ya unos pantalones de montar blancos y una camisa, pero no tenía chaqueta, ¡hasta ahora!- Mira a nuestra jinete olímpica- dijo a Santi mientras me señalaba.

-Te queda bien ¿te gusta?

-Me encanta

-Pues perfecto, vamos a buscar el equipamiento de los caballos- Cogimos las cabezadas de doble rienda, la sillas de doma y yo cogí una mantilla de un color claro.

-¿A donde vas con esa mantilla? Toma esta, y las vendas- Me dio una mantilla blanca y unas vendas de polo también blancas. Cogí a Negro y lo duché, le pasé el cuchillo de calor y mientras se secaba, Santi cogió a Dalya y la duchó también, cuando terminó de ducharla, Negro estaba ya seco, le pasé el hilo "mágico" (un hilo normal) que saca brillo y quita el polvo del pelaje del caballo y le entresaqué las crines un poco, Santi hizo lo mismo con Dalya, les trenzamos las crines (dragoneras de 4 cabos) y la cola.

-¡Toma!- Santi me lanzó una chistera de doma clásica- venga coje a Negro, nos vamos, entró con el remolque en el patio y metí a Negro, después a Dalya, y subí el equipamiento de negro y el de Dalya, y subí en el coche.

-Si vamos a ir en coche ¿por que me dijiste que recordara el camino?

-Porque no te vendrá mal saberlo, a lo mejor el próximo año concursas allí ¿sabes?

-¿concursar?

-Si, concursar.

El camino fue corto, cuando aparcamos y bajé del coche, vi que el lugar estaba abarrotado de gente, había una pista de salto de obstáculos (la exhibición se hacía al finalizar la entrega de premios, Santi había reservado dos boxes para los caballos, más o menos uno en frente del otro. Bajé a Negro y lo metí en la cuadra, todo el mundo allí era mayor que yo, los concursantes tenían unos caballos que eran muy grandes, casi tanto como Negro, saltaban metro sesenta en ese concurso, al que solo le faltaban cuatro participantes para terminar, vimos como saltaba uno de ellos, después fuimos a pasarles el hilo a los caballos y a ensillarlos, me puse la chaqueta y la chistera de doma me sentía rara, calentamos un poco en una zona en la que nos dejaron dar cuerda y montar, cuando desmonté escuché por megafonía algo de la vuelta de honor, Santi y yo fuimos a ver la pista (en la que ya no había obstáculos) había tres caballos galopando con una cinta atada al cuello.

-Ya nos toca- Dijo Santi, montó en Dalya y yo en Negro 

-"Y ahora una exhibición de doma clásica por parte de la hípica Cancela"- entramos en la pista y fuimos hasta X, nos paramos y saludamos, salimos al trote... terminamos al mismo tiempo en X piafando, saludamos y salimos de la pista a passage la gente aplaudía mientras nos marchábamos hacia las cuadras montados en el caballo.  

Conociendo gente

Santi decía que me había esforzado mucho, y que necesitaba un día de "descanso" sin reprises. Por eso fui el domingo a la hípica, Santi dijo que iban a venir más alumnos y íbamos a ir todos de ruta.

Llegué por la mañana, Santi me dijo que yo iba a llevar a Negro, entonces lo saqué de la cuadra y lo cepillé, fui a por la silla, y de pronto, una niña pasó corriendo por el pasillo que llevaba a las cuadras, sacó de la cuadra a Noa y la ató en una argolla. Yo cogí la mantilla roja que había usado Santi con Negro en la ruta, se la puse, y también le coloqué un amortiguador entre la silla y la mantilla y apreté la cincha. La otra niña se llamaba Uxía, y ella entró corriendo al guardarnés gritando:

-¡Donde está la mantilla roja!

-¡Aquí!- Respondí yo- Se la he puesto a Negro

-¿Me la das?

-Es que ya está ensillado, hay un sudadero rojo en el guardarnés, ¿Puedes usar ese no?

-Supongo- Uxía se fue al guardarnés y salió con un sudadero rojo (un poco ajado) y se lo puso a Noa, junto una silla de salto de color caoba. Minutos más tarde, vinieron otros niños, Ángel y Carla, eran dos hermanos, y también vino otra niña más, llamada Sofía, Ángel ensilló a Linda, Carla a Torda y Sofía a Blanca, Santi sacó a Dalya de su cuadra, y le puso un sudadero azul cobalto, y también protectores de salto en las patas.

-¿No os falta algo?- Preguntó señalando las patas de Dalya, todos fuimos al guardarnés a por protectores de salto a juego con el equipamiento de nuestros caballos (yo le puse protectores negros) Llevamos a los caballos a la entrada y montamos en los caballos.

-Hoy tomaremos una ruta diferente, iremos por la ciudad para ir a una pista de cross sencilla, y saltar un poco todos. Formad parejas para ir por la ruta, iremos en filas de dos- Ángel y Carla quisieron ir juntos y Sofía y Uxía formaron pareja rápidamente.

-¿con quien voy yo?-pregunté

-conmigo, formaría pareja de tres, pero en ciudad no se puede montar en filas de tres, solo de uno o de dos- Me puse a su lado (al principio es difícil mantener dos caballos juntos, pero después de practicar un paso de dos mil veces te acostumbras) Subimos una cuesta de asfalto y al final llegamos a la ciudad.

-Recuerda este camino- me dijo Santi - es el que vamos a tomar pasado mañana para la exhibición- "Uf, que cerca esta la exhibición, solo dos días" Santi anunció que fuéramos al trote, todos azuzamos a los caballos, unos trotaron a la inglesa y otros trotamos sentado, llegamos a un sitio enorme con una puerta de metal decorada con caballos encabritados dorados, Santi desmontó y abrió la puerta, nos dio un "mapa" para hacer el recorrido de cross uno tras otro,  comenzó Uxía, (que se dedicaba al salto de obstáculos) se dirigió a una valla y la saltó limpiamente, después fue al fondo, de nuevo un salto limpio, más tarde, fue al seto, a todo galope, pero Noa, frenó en seco, e hizo que Uxía pasar a por encima del obstáculo y aterrizara en el suelo, se levantó con la ayuda de Santi.

-¿por que ha ocurrido esto? ¿no lo sabe nadie?

-¿No azuzó al caballo antes de saltar?- dijo insegura Ángela

-No, bueno que alguien lo intente, te toca- me dijo. Golpeé ligeramente a Negro con los talones, enseguida se puso a galopar de una manera suave y recogida, salté la valla, y después el fondo, refrené el caballo antes de saltar el seto, hasta llevarlo al trote, saltó limpiamente, nos dirigimos a un obstáculo formado por dos barriles y saltamos, el último obstáculo era un foso que saltó perfectamente, todos saltaron siguiendo el ejemplo de reducir velocidad antes de saltar el seto.

Volvimos a las cuadras y desensillamos, duchamos a todos los caballos y los guardamos en las cuadras, después, fui a ver a Circe, la acaricié y jugué con ella en el picadero de dar cuerda hasta que fuera la hora de marcharme.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Passage

"¡Más pasos de doma! que ilusión" llegué a la hípica y ensillé a Negro, esta vez, le puse la misma mantilla que había usado con Torda, le trencé esa larga y sedosa crin haciendo una dragonera de 4 cabos, lo llevé a pista y le di cuerda, cuando llegó Santi, me dio una fusta larga, de las de doma, monté en Negro, como Santi me dijo, lo llevé al centro de la pista, y mientras decía lo que debía hacer, yo lo intentaba hacer, tenía que tirar de la rienda derecha y presionar la pierna derecha y viceversa, cuando me di cuenta, Negro estaba piafando... Santi no estaba en ese momento conmigo, fue a decirle algo a María, después volvió y me dijo que hiciera una transición al passage, yo no sabía, y me explicó que era aflojando presión en el filete y aplicándola en bocado, y lo mismo al revés, mientras empujas con la cadera, lo hice, y me salió una transición limpia al passage, María entró con Dalya ensillada con doble rienda en la pista, y Santi montó en ella.

-Que, ¿quieres aprender el paso de dos?

-¡Pues claro!- fuimos a A y entramos al paso en la pista, nos paramos en X y saludamos "el clásico comienzo de reprisse" pensé yo salimos al trote, yo hice pista a mano izquierda y el a la derecha, al pasar por H comencé a hacer passage volvimos a X y comenzamos a piafar, se veía muy bonito, giré a B cruzándome con el otro binomio, a un trote reunido... acabamos saludando en X mientras piafábamos (es difícil piafar con una mano, pero no imposible) y salimos de la pista a passage, repetimos la reprise una vez más y salimos montados de la pista, para hacer de nuevo la ruta que hicimos con anterioridad. Volvimos a las cuadras y saqué a Circe del box, la solté en un cercado de dar cuerda pequeño, y jugué con la potranca un rato, tenía los ojos brillantes y el hocico húmedo de salivar al galopar por la pequeña pista, la llevé de nuevo a las cuadras, pero justo cuando iba a encerrarla, María me pidió que la llevara a pastar, la llevé al cercado, y la até con una cuerda para potros que estaba en el guardarnés "escondida" (fue difícil encontrarla).

"Pronto será la exhibición ¡que ganas!"

Agosto

A finales de agosto, Circe ya tenía cerca de 6 meses, y decidieron destetarla, la separaron de su madre, cosa que a ella no le importó, pero si a Jessie, que ya se había curado de la enfermedad que tuvo, la tuvieron que tener en una cuadra amarrada, para que no tirara la puerta, (cosa que ya había hecho en una ocasión) yo había ido a clases todo el verano, y había evolucionado, a tal punto que llegué a saltar metro diez, y conseguí controlar el galope.

Cuando llegué a las cuadras, para recibir una de mis últimas clases antes de irme, Santi me dijo:

-Ya es hora de que elijas una disciplina ecuestre, dominas los aires y saltas, sabes lo básico, ahora debes avanzar a un nivel superior, aquí te puedo enseñar salto hasta metro sesenta, doma clásica y alta escuela, no se enseñar más cosas, pero decide cual es la que quieres llevar un poco empezada antes de irte.

-La verdad, siempre he querido saber algo de doma clásica, me encanta, sería posible que me enseñaras algo de eso ¿no?- Santi me llevó a las cuadras y cogió a Negro, me pidió que lo ensillara, lo cepillé a conciencia para que brillara su hermoso pelaje y le puse una mantilla negra, la silla de doma y una cabezada inglesa con filete.

-Quítale esa cabezada-dijo señalando la cabeza de Negro- Toma- Me extendió una cabezada de doble rienda,"¿doble rienda? ¿como que doble rienda?" se la puse (como pude) a Negro, le puse una cadenilla al bocado, ya que no llevaba, y metí a Negro en pista, lo trabajé pie a tierra hasta que llegara Santi.

-Tranquila, hoy no vas a galopar, no lo trabajes al galope- paso y trote, no trabajé más aires con él, aprendí a coger la doble rienda y después me enseñó a realizar un apoyo. Cuando acabó la clase, me comentó un tema.

-Hay una feria en dos semanas exactas, en la próxima clase te enseño más movimientos, y en las dos siguientes practicamos un paso a dos con Negro y Dalya para el día de la feria hacer una exhibición ¿te parece bien?- sus palabras me dejaron muda ¡una exhibición!

La ruta

Cuando llegué a la hípica, deseando hacer aquella maravillosa ruta, me encontré a María observando a Circe, con una cara de preocupación, le pregunté por que estaba así, y me contestó que Jessie estaba enferma, y no podía dar de mamar a Circe, me preocupé, el veterinario llegó 15 minutos después de que llegara yo más o menos,  y examinó a Jessie, Santi se acercó y dijo que ensillara a Torda. "¿A Torda?" esa era una yegua difícil para mi, o eso creía, Santi me dijo que la atara a dos vientos para ensillarla, porque podía morderme, una vez atada a los postes, le puse una mantilla de doma marrón oscura, la silla de doma, y la cinchadura, le coloqué baticola (la silla se hizo con baticola especial para esa yegua) porque la silla se le iba hacia delante muchas veces, Santi le apretó la cincha, y después le puse el bocado, con cadenilla, y una cabezada con cierrabocas "rara combinación" pensé yo, la llevé a la pista, y la trabajé un poco pie a tierra, Santi llegó al picadero con Negro ensillado, una preciosa mantilla de un rojo vivo y con una silla negra y brillante de doma clásica, dijo que fuera con el y que vendara a Torda, le puse las vendas, de color verde oscuro, y él, que aún no le había puesto la cabezada a Negro, me eneñó a ponér la de doble rienda, que es la propia para doma clásica.

Salimos al exterior de las cuadras, y cruzamos la puerta para ir a un lugar llano para montar, Torda era bastante alta, así que Santi me ayudó a montar en ella, cuando puse los pies en los estribos, y agarré las riendas, se alejó y se puso al lado de Negro, era altísimo, debía medir metro ochenta a la cruz, de un salto, pasó su pierna por encima de la grupa del gran caballo, y con suavidad, cayó en la silla, rápidamente, agarró las riendas, y colocó los pies en los estribos y chasqueó la lengua a la vez que golpeaba con los talones a Negro para que avanzara, yo hice lo mismo, yo seguí al binomio de expertos por la ruta que había planeado Santi, nos metimos por un camino rodeado de árboles, el paisaje era precioso, Santi hizo trotar a Negro y yo azucé a Torda, que no quería trotar, Santi frenó Negro, y me dio una fusta, nada más cogerla, noté como Torda, se había espabilado, y estaba lista para trotar, subimos una cuesta, y después el camino se ensanchó, y estaba mas llano, Santi azuzó de nuevo a Negro, sacando un hermoso galope corto.

-¡Vamos! ¿A que esperas?- Me dijo el, azucé de nuevo a Torda que no quería galopar, golpeé su flanco derecho con la fusta mientras chasqueaba la lengua, Torda salió a un galope acelerado y se puso al lado de Negro, la refrené con las riendas para ir un poco más atrás, Santi me dijo que azuzara un poco a la yegua y que me inclinara hacia delante"¿para que?" pensé yo, miré adelante, y lo vi, había un tronco bloqueando el camino, había que saltarlo, avivé a la yegua como él me había dicho, y cuando me acerqué al tronco, me incliné hacia delante, mientras apretaba las piernas con todas mis fuerzas, que no fueron suficientes, me desequilibré, y me caí hacia delante, por suerte estaba el cuello de Torda, al que pude agarrarme, y así impedir mi caída, me recoloqué en la montura y galopé hasta Santi que ya se puso al trote, troté sentado el resto del camino, hasta la hípica, até de nuevo a la yegua y esta vez, Santi hizo que limpiara los cascos del animal, lo hice, estaban llenos de pequeñas piedras hasta en la ranilla, cuando terminé guardé a la yegua en las cuadras, y fui a ver a Circe, Jessie no estaba, y había otra yegua de la que Circe estaba mamando en ese momento.

-¿Qué te parece?, es una yegua que nos han dejado para que de de mamar a Circe durante un tiempo, hasta que se cure Jessie.

-Es muy bonita, me gustan las crines que tiene.

-Mira esto- cogió la cuerda que sujetaba a la yegua de la jáquima y tiró suavemente de ella, tenía los ojos de un azul claro, y la piel era rosada, era una yegua cremella.

-¡Es genial! Nunca había visto un caballo cremello en mi vida.

Clases de vendado

Cuando, al día siguiente volví a la hípica por la mañana, Circe estaba suelta, se había escapado del cercado en el que estaba, todos intentaban atraparla, pero no lo conseguían... me acerqué a ella, y hice como si no estuviera fijándome en la potrita, la agarré de la cabezada, y la llevé junto a María, que se hizo cargo de ella, Santi, me propuso que montara a Linda y que la vendara, con gusto saqué a la yegua de su cuadra, la cepillé, y Santi, me enseñó a vendarle las patas, y la trenza dragonera, trencé a la yegua, y le vendé las patas, la até a un poste más cercano al guardarnés, y la preparé para la clase, esta vez, usé una mantilla azul, a juego con las vendas de sus patas.

Entré en la pista, a punto de montar en la yegua, me iba a subir en la silla, apoyando mi pié en el estribo, pero Santi me paró, y me dijo que no montara aún, tenía que darle cuerda a la yegua, para poder galopar sin peligro a que cabeceara.

Yo hacía sonidos con la boca, mientras sacudía la fusta contra el suelo, Linda salió al galope a mano derecha y cabeceó, cambié de lado a la yegua, paso, trote, paso, trote, galope, trote, paso. Así debía ser el orden en el que dábamos cuerda a los caballos antes de montar. Al terminar, monté en Linda, y hice un par de círculos al trote sentado con ella, me iba acostumbrando a ese tipo de trote,  cuando llevaba ya una media hora de clase, Santi me dijo que azuzara a Linda, y que me apretara bien en la silla, Linda salió a un galope suave y recogido, di dos vueltas al galope y hice que fuera de nuevo al trote, me sentí rara en ese cambió, di un saltito en la silla, y volví al trote sentado... después de una vuelta al trote, Santi me dijo que intentara galopar de nuevo y hiciera una diagonal al galope, hice un sonido con la boca y golpeé con los talones a la yegua, salió a un galope largo, pero lo acorté con ayuda de las riendas, cuando llegué a K hice un giro y galopé hasta X Santi me dijo que cambiara de mano, ya me explicó como se hacía, y no fue muy difícil, continué hasta M y giré, ¡Había cambiado de mano!

martes, 8 de septiembre de 2015

Circe, cada vez más lista

Después de la caída, mi madre, no quería que montara más, pero entre María, Santi y yo, la convencimos.

Fui al establo, y me acerqué a Circe, le até el ronzal, y con María llevamos a Circe y a Jessie al prado, como el día anterior, cuando llegamos de nuevo a las cuadras, saqué a Hispano, y le puse la mantilla de un tono rojo ajado, la silla, de cuero negro, y la cabezada, alemana, negra. Lo llevé a la pista, cerca de Santi, en esa clase, comencé a trabajar el trote sentado, al principio me resultó muy incómodo, pero a medida que avanzaban los trancos de Hispanito, me sentía más cómoda, en esa clase, no hubo caídas, y fue bastante satisfactoria, saqué a Hispano del picadero y lo duché para que se relajara un poco, lo llevé a la cuadra y cuando estaba a punto de irme, Santi me paró y me dijo que mañana practicábamos trote sentado, empezábamos galope y al día siguiente salíamos de ruta!

De nuevo clases de equitación

Al día siguiente de ponerle por primera vez el cabestro a la potra, fui a las cuadras para decir nombres para la yegua, Luna, Linda, Circe... todos les gustaban, pero decidí que Circe era el mejor, Circe era una semidiosa y hechicera griega, Circe era como una diosa, y hechizaba su belleza, un nombre perfecto, pensé yo.

Hoy ya empecé las clases de montar, saqué a Linda de la cuadra, y le puse el sudadero de color verde, sobre él, una silla de cuero marrón, y muy duro y le abroché la cincha, le pasé las riendas por el cuello y le metí el bocado en la boca, abroché todas las hebillas, y la saqué de las cuadras para entrar en el picadero de doma, una vez dentro, con Santi (el monitor) me subí en la yegua, y comencé a dar vueltas por la pista, una diagonal, y saqué el trote, (levantado, no había aprendido a hacer trote sentado todavía). Mientras doblaba a lo ancho en E, a Linda, le picó un tábano, y se asustó, no se encabritó (por suerte) pero si salió al galope, no pude aferrarme a la silla, y me caí, el casco se rompió, pero yo no sufrí daños, Santi, vino corriendo hasta donde estaba, pero ya me había levantado, y fuimos a coger a la yegua, yo le dije que quería montar de nuevo, para hacer bien el trote levantado, pero el negó con la cabeza. Me dijo algo como "no, no con ese casco, te daré otro" y me dio un casco nuevo, acerqué a Linda, y monté de nuevo, no estaba asustada, la frase de "no se es jinete si nunca te caes del caballo" me dio ánimos, además, sabía que no me había tirado ella, y la culpa de caerme de la silla, fue por no ir agarrada con las piernas a ella, ahora, llevaba las rodillas apretadas, preparada a cualquier reacción de la yegua, cuando terminó la cláse, bajé de Linda, la desensillé y la duché, Santi la metió en su cuadra, y me preguntó, si quería probar a usar el ronzal con la potranca, yo le dije si sería seguro para ella, y el me dijo que si, estábamos yendo para la cuadra , con el ronzal azul y amarillo en la mano para agarrar a Circe, en cuanto me vio, se acercó a mi, con la cola levantada, esperando que la rascara detrás de las orejas, le enganché la hebilla a la jáquima, y empecé a andar. Fue perfectamente todo el camino hasta el prado de mi mano, abrimos las puertas y la solté, en seguida echó a correr por la pradera, y Jessie, Jessie se quedó quieta, ¡comiendo todo lo que le entrara en el estomago!

De nuevo con Circe

Cuando nació Circe, solo podía quedarme una semana, por suerte, el verano estoy siempre con ella, en junio, cuando fui ya estaba grandecita, tenía cuatro meses, y aún tenía el pelo sedoso, pensé que no se acercaría a mi, ni dejaría que la acariciara, porque sus dueños me dijeron que mordía y coceaba en cuanto alguien se acercaba a ella, estaban en los prados, como todos los días desde que se hizo un poco mayor, cuando llegué al prado, me fijé en su marca en la cara, preciosa, para que Circe no se asustara mucho, me acerqué lentamente, mirando al suelo, a su madre, que respondió ante mis caricias con un leve relicho, Circe, curiosa, se acercó a mi, permití que oliera mi mano, cuando terminó de olerla, corrió hasta unos arbustos, y vino al galope hasta mi de nuevo, frenando en seco, quería jugar, "que graciosa" pensé yo, estaba suelta, todos dudaban que se escapara estando cerca su madre (ella si que estaba atada), Circe, aún no llevaba cabezada, estaba libre corriendo entre la hierba alta, que pronto se secaría, y se cortaría para las yeguas.

Un rato más tarde, me fui hasta las cuadras, a saludar a los compañeros de Jessie, estaban todos, Dalya, la tordita de 4 años, y su madre, blanca, que era torda moteada, también estaban Hispano, un castrado bayo, y Noa, una yegua torda, Negro, el macho entero de color negro morcillo, y Baya, una yeguita castaña preñada, Linda una alazana con un lucero, y por último Torda, una tordita muy "peculiar" (no dejaba que la montaran personas adultas). Les di una zanahoria a cada uno de ellos, y fui con María, la dueña del centro, le dije que me diera un cabestro para la potra, que para entonces, aún no tenía nombre, y la llamaban Pony, la jáquima era negra, sencilla, aún no tenía bordado el nombre del caballo en un lateral como en las otras. Llegamos al prado, yo estaba dispuesta a colocarle la cabezada a Circe, me acerqué a Jessie, al igual que la otra vez, y después acaricie a Circe con la cabezada, se la puse, y volvimos a las cuadras con ella, (suelta porque no se acostumbró todavía al ronzal).María me propuso que pensara un nombre para la potra, y se lo pusiéramos al día siguiente.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Hola


Hola, os voy a contar una historia, como conocí a Circe, y como nos hicimos amigas para siempre , el 14 de marzo, un día inolvidable, ese día fue en el que descubrí el amor a los caballos, Circe, había nacido, llegué cerca de ella, era bonita, me gustaban los caballos, pero como cualquier otro animal. No estaban muy lejos de mi casa, Circe nació en el campo donde solía pastar su madre, cerca de un bosquecito. Cuando vi a Circe, por primera vez, sentí como los caballos, formarían parte de mi vida, vi sus ojos, de un tono azul marino, y su piel, alazana, con una hermosa marca en la cara y dos calcetines en los pies, era preciosa, no se parecía mucho a su madre, que era de un color pardo y oscuro. Me quedé con ella, hasta que se levantó, y pudimos llevarla con su madre a las cuadras. Por cierto, me llamo Ana.