El herrador, que era amigo de mi madre, había llegado, aparcó en la entrada y salió, segundos más tarde, salió una niña de más o menos mi edad, con el pelo largo y oscuro del coche, yo fui a coger a Circe, la até fuera de la cuadra, aquella niña se asustó, justo cuando Circe resopló.
-Tranquila, no te hará nada, solo ha resoplado- Dije, sonriente
-¿En serio?- Dijo más tranquila
-Si, puedes tocarla si quieres- Ella se acercó temerosa, y extendió el brazo- Así- Le di una palmada en el cuello y ella hizo lo mismo, comenzó a sonreir, más tarde el herrador empezó a recortarle los cascos, se los limpió bien por dentro y comenzó a golpear una herradura para darle forma... hizo eso con todas las patas, y se las colocó, Circe no mostró ninguna señal de estar nerviosa, estuvo tranquila y se portó bien, pero el herrador sacó la esquiladora, y la conectó, comenzó a hacer un ruido molesto, y Circe se asustó, fui a por las orejeras y se las até a la jáquima, comenzó a tranquilizarse el herrero acercó la esquiladora y comenzó a preparar a Circe, cuando terminó, le quité las orejeras y la acaricié.
-¿Vas a montar?
-Si- Dije
-Vale...-Dijo ella- No se lo digas a mi padre, pero... ¿me enseñarías a montar?
-¿Yo?- ella asintió
-No se...
-Espera un segundo- Ella corrió hacia mi casa y le dijo a su padre que iba a dar un paseo conmigo- Listo, ¿donde puedo montar?
-Ehhhh, no se si es seguro que lo hagas en Circe...
-Ainhoa- Circe levantaba las patas y las golpeaba contra el suelo, la cepillé un poco y la ensillé, le enseñé a Ainhoa la cabezada y como se colocaba.... agarré a la yegua de las riendas y le dije a Ainhoa que me acompañara, íbamos a ir a la hipica.
-Por favor... Santi, déjame a un caballo...
-Mmmmm ¿Para ella? ¿ha montado antes?
-No- dijo
-Prepararé a Noa, ¿váis a vuestra casa?
-Si- dije, Santi le dijo que escogiera mantilla, ella, cogió una azul marino y rosa, a juego con su chaleco. Yo até a Circe y fui a por Noa, la llevé a la pista de dar cuerda, mientras tanto, en el picadero de al lado, Santi les daba una clase de saltos a Uxía, ayudé a Ainhoa a montar, y después até un ronzal a su filete, monté en Circe, y fuimos a mi casa.
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