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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Unas clases después...

Después de unas semanas, Laura ya dominaba el trote inglés y había empezado el sentado, aunque por algunas otras clases tuvimos que cambiar el horario, y por tanto, ir en días separados a las clases.

Cuando fui a mi clase, preparé a Peregrino lo llevé a la pista y calenté con el.

-Ana, ahora tienes que empezar con la reprise (no era muy larga) Iván comenzó a dictarme:

-Entrada al trote de trabajo en A en X Parada - inmovilidad - saludo, Partir al trote de trabajo Pista a mano izquierda en C y círculo a la izquierda de 15 m. de diámetro Trote de trabajo... terminamos y la repetimos de nuevo varias veces, saqué los pies de los estribos y le dejé las riendas largas a Pere, lo llevé a las duchas porque había sudado bastante, le quité la silla y la cabezada y lo duché por primera vez (a Peregrino no lo había duchado nunca) Iván me dijo que le echara agua debajo del casco dentro de la plantilla porque tenía artrosis.

-Le vaciaron todo el casco.

-¿Y no le duele?

-A veces, solo si trabaja mucho seguido, cojea solo en esa situación, si no no tiene molestias

-Vale, entonces le pongo el agua ¿no?

-Sí, mira pónsela así- Agarró uno de sus cascos delanteros y puso más presión de agua en la manguera- a Pere no le gusta, pero si no se le infecta y se pondría muy mal

-Vale- Hice lo mismo que había hecho Iván y guardé el caballo.

-Bueno, pues ya sabes, a finales de trimestre, concurso

Conociendo la hipica

En nuestra escuela, nos pasábamos allí todo el día, comíamos en el comedor después de clases, y después nos quedábamos con amigos.

Tres días más tarde de haber visitado por primera vez la hípica, Laura y yo, nos presentamos para recibir nuestras clases, después del colegio, fuimos al centro ecuestre, Iván estaba dando una clase cuando llegamos, estaban montando a Nube, la llevaban al paso y al trote con la cuerda larga mientras un jinete corregía su postura sobre el caballo, Iván soltó el ronzal y se apartó del centro de la pista.

-¡Lara, ayuda a Laura a ensillar a Chocolate, empieza montando ella!

-¡Vale!- Laura y yo nos acercamos a Chocolate.

-Venga, ponle la jáquima y átala fuera- Después de varios intentos de atar la cabezada, consiguió sacar a Chocolate del box y atarla fuera, cogí la silla y la mantilla y Laura descolgó la cabezada que había en la puerta de la cuadra, ayudé a colocar la cabezada a Chocolate y apreté la cincha de la yegua, justo cuando desatamos a Chocolate, estaban saliendo de pista con Nube, Iván nos pidió que entráramos y llevé a Chocolate al centro de la pista. Laura montó en Chocolate y le pidió que anduviese con un muy suave golpe en los flancos, Iván le corrigió la manera de hacer andar a la yegua y me dijo que fuera ensillando a Petri, justo cuando iba a entrar en las cuadras, una chica se puso a mi lado y cogió la silla de Petri,

-Mira coge esa manta, se pone debajo de la silla del caballo- dijo aquella chica, le puse la mantilla adelantada y la atrasé para alisar el pelo del lomo del caballo.

-La silla hay que apretarla con esto-señaló la cincha y la apretó- ahora le voy a poner la cabezada

-Se la pongo yo, no hace falta que me ayudes tanto- cogí la cabezada

-Pero es difícil de poner

-No- Le metí el bocado en la boca a Petri y le coloqué toda la cabezada, le até las hebillas, y cogí las riendas

-¡Trae!- cogió a Petri y lo llevó a la pista.

-¡Ana! Coge la fusta de metro diez, y trae a Petri ya, que Iris ya guarda a Chocolate- Iris (aquella chica) llevó a Petri a la pista y me dio las riendas, cogió a Chocolate, le quitó el equipamiento y guardó a la yegua. Laura se apartó y entré en la pista, monté en Petri y hice el clásico calentamiento (3 vueltas a cada mano con todos los pasos) en clase, Iván me pidió hacer un trote todo el rato levantada (difííííícil) y hacer giros y círculos a trote, inglés, sentado y levantado. galopé un poco con intentos de cambio de mano y desmonté, Laura y yo desensillamos a Petri y lo guardamos.

-Gracias Iván, nos vemos la próxima semana

sábado, 12 de septiembre de 2015

Covelo


El primer día de clases, volvía en bicicleta a casa, pero antes iba a acompañar a Laura a su casa, nos metimos por un caminito y llegamos a la carretera, cruzamos y continuamos, yo iba mirando todo para acordarme por donde volver bien a casa, de pronto vi un cartel: "Hípica a 100  m."

-¿Sabes donde está?

-Si, no muy lejos, te acompaño- me dijo Laura, pedaleamos hasta llegar a la entrada, había una enorme escultura en la que ponía "Cequus Covelo" entramos y desmontamos de las bicicletas, las llevamos arriba y miramos si había alguien.

-¿Hola?- De pronto salió un chico de dentro de lo que parecían ser las cuadras

-¿Si?¿que queréis?

-Acabamos de sabes que hay una hípica y pasamos a... a...- no se me ocurría nada

-A apuntarnos a las clases

-¿qué? Eh... si.-miré a Laura

-¿Vale, os digo los precios no? ¿Habéis montado ya antes?

-Laura no, pero yo un poco- dije

-¿Y haces doma clásica? porque aquí solo hacemos eso

-Si

-¿Queréis hacer la toma de contacto ya?ahora estoy libre, por cierto, soy Iván, ¿Sabéis ensillar?

-Si-dije yo- y soy Ana

-Yo no sé, y soy Laura

-Bien Ana y Laura, os presento los caballos de la hipica- nos enseñó los caballos, estaban Nube, que era española y de color castaño oscuro, Chocolate, una yegua negra con una lista en la cara, Mañana, un macho entero KWPN negro sin marcas, Zar, una yegua torda, Petri, un caballo español castrado de color bayo encendido, Peregrino, un hispano-frisón negro castrado, Jal, un castrado bayo, Nogal, un español tordo, Era y Hera, dos yeguas zainas y por último a Jara, una frisona.-Entonces, Ana, ensilla a Zar, y yo enseñaré a Laura a ensillar con Chocolate. Zar tenía la silla delante de la puerta de su cuadra, cepillé a Zar con un cepillo suave, y le puse la mantilla con la silla y le abroché la cincha, le puse la cabezada y lo saqué a fuera, Iván señaló lo que debía ser la pista, ayudó a Laura a monta en Chocolate y la llevó del ronzal hasta la pista, soltó la cuerda de la cabezada, y monté en Zar, le hice andar y dí dos vueltas a la pista al paso.

-¿quieres trotar?-le preguntó a Laura

-Vale- Iván dio un fustazo al suelo y chasqueó la lengua, Chocolate comenzó a trotar haciendo que Laura botara en la silla como un saco de patatas, le dije que se levantara y sentara en la silla al ritmo del caballo, comenzó a hacerlo torpemente y acabó cogiendo el truco, volvimos al paso y desmontamos.

-Nos ha encantado- Iván nos dijo los precios y dejó a las yeguas ensilladas, nos fuimos a casa y quedamos en empezar las clases el mismo día en horas consecutivas.

La despedida

Tres días más tarde de la exhibición, tuve que irme, me fui a despedir a la hípica, me despedí de todos, de Santi, de María, de Uxía... ¡y de los caballos!

-Hasta la próxima Circe-le di una zanahoria cortada en pequeños trozos y me fui, cuando llegué a mi casa, subía algunas maletas al coche, y me fui.

-Mamá

-¿Si?

-¿Cuando volveré a montar?

-Si hay una hípica por allí te apunto- dijo, dando por hecho que no había hípicas donde yo vivía. Y el colegio estaba a punto de empezar.

jueves, 10 de septiembre de 2015

La exhibición

No podía creer que hoy fuera el día de la exhibición, estaba muy nerviosa, me desperté pronto, cogí la bicicleta y fui a la hípica, eran cerca de las siete cuando llegué, Santi y María ya habían llegado, y acababan de dar de comer a los caballos.

-Llegaste justo a tiempo!- dijo María - mira, es un regalo - dijo extendiendo una bolsa.

-Gracias!-Abrí la bolsa y rompí el papel regalo, dentro había una chaqueta de montar negra de estilo inglés con botones color plata- ¡Es precioso!

-Póntela, ¡te queda genial!- yo me había puesto ya unos pantalones de montar blancos y una camisa, pero no tenía chaqueta, ¡hasta ahora!- Mira a nuestra jinete olímpica- dijo a Santi mientras me señalaba.

-Te queda bien ¿te gusta?

-Me encanta

-Pues perfecto, vamos a buscar el equipamiento de los caballos- Cogimos las cabezadas de doble rienda, la sillas de doma y yo cogí una mantilla de un color claro.

-¿A donde vas con esa mantilla? Toma esta, y las vendas- Me dio una mantilla blanca y unas vendas de polo también blancas. Cogí a Negro y lo duché, le pasé el cuchillo de calor y mientras se secaba, Santi cogió a Dalya y la duchó también, cuando terminó de ducharla, Negro estaba ya seco, le pasé el hilo "mágico" (un hilo normal) que saca brillo y quita el polvo del pelaje del caballo y le entresaqué las crines un poco, Santi hizo lo mismo con Dalya, les trenzamos las crines (dragoneras de 4 cabos) y la cola.

-¡Toma!- Santi me lanzó una chistera de doma clásica- venga coje a Negro, nos vamos, entró con el remolque en el patio y metí a Negro, después a Dalya, y subí el equipamiento de negro y el de Dalya, y subí en el coche.

-Si vamos a ir en coche ¿por que me dijiste que recordara el camino?

-Porque no te vendrá mal saberlo, a lo mejor el próximo año concursas allí ¿sabes?

-¿concursar?

-Si, concursar.

El camino fue corto, cuando aparcamos y bajé del coche, vi que el lugar estaba abarrotado de gente, había una pista de salto de obstáculos (la exhibición se hacía al finalizar la entrega de premios, Santi había reservado dos boxes para los caballos, más o menos uno en frente del otro. Bajé a Negro y lo metí en la cuadra, todo el mundo allí era mayor que yo, los concursantes tenían unos caballos que eran muy grandes, casi tanto como Negro, saltaban metro sesenta en ese concurso, al que solo le faltaban cuatro participantes para terminar, vimos como saltaba uno de ellos, después fuimos a pasarles el hilo a los caballos y a ensillarlos, me puse la chaqueta y la chistera de doma me sentía rara, calentamos un poco en una zona en la que nos dejaron dar cuerda y montar, cuando desmonté escuché por megafonía algo de la vuelta de honor, Santi y yo fuimos a ver la pista (en la que ya no había obstáculos) había tres caballos galopando con una cinta atada al cuello.

-Ya nos toca- Dijo Santi, montó en Dalya y yo en Negro 

-"Y ahora una exhibición de doma clásica por parte de la hípica Cancela"- entramos en la pista y fuimos hasta X, nos paramos y saludamos, salimos al trote... terminamos al mismo tiempo en X piafando, saludamos y salimos de la pista a passage la gente aplaudía mientras nos marchábamos hacia las cuadras montados en el caballo.  

Conociendo gente

Santi decía que me había esforzado mucho, y que necesitaba un día de "descanso" sin reprises. Por eso fui el domingo a la hípica, Santi dijo que iban a venir más alumnos y íbamos a ir todos de ruta.

Llegué por la mañana, Santi me dijo que yo iba a llevar a Negro, entonces lo saqué de la cuadra y lo cepillé, fui a por la silla, y de pronto, una niña pasó corriendo por el pasillo que llevaba a las cuadras, sacó de la cuadra a Noa y la ató en una argolla. Yo cogí la mantilla roja que había usado Santi con Negro en la ruta, se la puse, y también le coloqué un amortiguador entre la silla y la mantilla y apreté la cincha. La otra niña se llamaba Uxía, y ella entró corriendo al guardarnés gritando:

-¡Donde está la mantilla roja!

-¡Aquí!- Respondí yo- Se la he puesto a Negro

-¿Me la das?

-Es que ya está ensillado, hay un sudadero rojo en el guardarnés, ¿Puedes usar ese no?

-Supongo- Uxía se fue al guardarnés y salió con un sudadero rojo (un poco ajado) y se lo puso a Noa, junto una silla de salto de color caoba. Minutos más tarde, vinieron otros niños, Ángel y Carla, eran dos hermanos, y también vino otra niña más, llamada Sofía, Ángel ensilló a Linda, Carla a Torda y Sofía a Blanca, Santi sacó a Dalya de su cuadra, y le puso un sudadero azul cobalto, y también protectores de salto en las patas.

-¿No os falta algo?- Preguntó señalando las patas de Dalya, todos fuimos al guardarnés a por protectores de salto a juego con el equipamiento de nuestros caballos (yo le puse protectores negros) Llevamos a los caballos a la entrada y montamos en los caballos.

-Hoy tomaremos una ruta diferente, iremos por la ciudad para ir a una pista de cross sencilla, y saltar un poco todos. Formad parejas para ir por la ruta, iremos en filas de dos- Ángel y Carla quisieron ir juntos y Sofía y Uxía formaron pareja rápidamente.

-¿con quien voy yo?-pregunté

-conmigo, formaría pareja de tres, pero en ciudad no se puede montar en filas de tres, solo de uno o de dos- Me puse a su lado (al principio es difícil mantener dos caballos juntos, pero después de practicar un paso de dos mil veces te acostumbras) Subimos una cuesta de asfalto y al final llegamos a la ciudad.

-Recuerda este camino- me dijo Santi - es el que vamos a tomar pasado mañana para la exhibición- "Uf, que cerca esta la exhibición, solo dos días" Santi anunció que fuéramos al trote, todos azuzamos a los caballos, unos trotaron a la inglesa y otros trotamos sentado, llegamos a un sitio enorme con una puerta de metal decorada con caballos encabritados dorados, Santi desmontó y abrió la puerta, nos dio un "mapa" para hacer el recorrido de cross uno tras otro,  comenzó Uxía, (que se dedicaba al salto de obstáculos) se dirigió a una valla y la saltó limpiamente, después fue al fondo, de nuevo un salto limpio, más tarde, fue al seto, a todo galope, pero Noa, frenó en seco, e hizo que Uxía pasar a por encima del obstáculo y aterrizara en el suelo, se levantó con la ayuda de Santi.

-¿por que ha ocurrido esto? ¿no lo sabe nadie?

-¿No azuzó al caballo antes de saltar?- dijo insegura Ángela

-No, bueno que alguien lo intente, te toca- me dijo. Golpeé ligeramente a Negro con los talones, enseguida se puso a galopar de una manera suave y recogida, salté la valla, y después el fondo, refrené el caballo antes de saltar el seto, hasta llevarlo al trote, saltó limpiamente, nos dirigimos a un obstáculo formado por dos barriles y saltamos, el último obstáculo era un foso que saltó perfectamente, todos saltaron siguiendo el ejemplo de reducir velocidad antes de saltar el seto.

Volvimos a las cuadras y desensillamos, duchamos a todos los caballos y los guardamos en las cuadras, después, fui a ver a Circe, la acaricié y jugué con ella en el picadero de dar cuerda hasta que fuera la hora de marcharme.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Passage

"¡Más pasos de doma! que ilusión" llegué a la hípica y ensillé a Negro, esta vez, le puse la misma mantilla que había usado con Torda, le trencé esa larga y sedosa crin haciendo una dragonera de 4 cabos, lo llevé a pista y le di cuerda, cuando llegó Santi, me dio una fusta larga, de las de doma, monté en Negro, como Santi me dijo, lo llevé al centro de la pista, y mientras decía lo que debía hacer, yo lo intentaba hacer, tenía que tirar de la rienda derecha y presionar la pierna derecha y viceversa, cuando me di cuenta, Negro estaba piafando... Santi no estaba en ese momento conmigo, fue a decirle algo a María, después volvió y me dijo que hiciera una transición al passage, yo no sabía, y me explicó que era aflojando presión en el filete y aplicándola en bocado, y lo mismo al revés, mientras empujas con la cadera, lo hice, y me salió una transición limpia al passage, María entró con Dalya ensillada con doble rienda en la pista, y Santi montó en ella.

-Que, ¿quieres aprender el paso de dos?

-¡Pues claro!- fuimos a A y entramos al paso en la pista, nos paramos en X y saludamos "el clásico comienzo de reprisse" pensé yo salimos al trote, yo hice pista a mano izquierda y el a la derecha, al pasar por H comencé a hacer passage volvimos a X y comenzamos a piafar, se veía muy bonito, giré a B cruzándome con el otro binomio, a un trote reunido... acabamos saludando en X mientras piafábamos (es difícil piafar con una mano, pero no imposible) y salimos de la pista a passage, repetimos la reprise una vez más y salimos montados de la pista, para hacer de nuevo la ruta que hicimos con anterioridad. Volvimos a las cuadras y saqué a Circe del box, la solté en un cercado de dar cuerda pequeño, y jugué con la potranca un rato, tenía los ojos brillantes y el hocico húmedo de salivar al galopar por la pequeña pista, la llevé de nuevo a las cuadras, pero justo cuando iba a encerrarla, María me pidió que la llevara a pastar, la llevé al cercado, y la até con una cuerda para potros que estaba en el guardarnés "escondida" (fue difícil encontrarla).

"Pronto será la exhibición ¡que ganas!"

Agosto

A finales de agosto, Circe ya tenía cerca de 6 meses, y decidieron destetarla, la separaron de su madre, cosa que a ella no le importó, pero si a Jessie, que ya se había curado de la enfermedad que tuvo, la tuvieron que tener en una cuadra amarrada, para que no tirara la puerta, (cosa que ya había hecho en una ocasión) yo había ido a clases todo el verano, y había evolucionado, a tal punto que llegué a saltar metro diez, y conseguí controlar el galope.

Cuando llegué a las cuadras, para recibir una de mis últimas clases antes de irme, Santi me dijo:

-Ya es hora de que elijas una disciplina ecuestre, dominas los aires y saltas, sabes lo básico, ahora debes avanzar a un nivel superior, aquí te puedo enseñar salto hasta metro sesenta, doma clásica y alta escuela, no se enseñar más cosas, pero decide cual es la que quieres llevar un poco empezada antes de irte.

-La verdad, siempre he querido saber algo de doma clásica, me encanta, sería posible que me enseñaras algo de eso ¿no?- Santi me llevó a las cuadras y cogió a Negro, me pidió que lo ensillara, lo cepillé a conciencia para que brillara su hermoso pelaje y le puse una mantilla negra, la silla de doma y una cabezada inglesa con filete.

-Quítale esa cabezada-dijo señalando la cabeza de Negro- Toma- Me extendió una cabezada de doble rienda,"¿doble rienda? ¿como que doble rienda?" se la puse (como pude) a Negro, le puse una cadenilla al bocado, ya que no llevaba, y metí a Negro en pista, lo trabajé pie a tierra hasta que llegara Santi.

-Tranquila, hoy no vas a galopar, no lo trabajes al galope- paso y trote, no trabajé más aires con él, aprendí a coger la doble rienda y después me enseñó a realizar un apoyo. Cuando acabó la clase, me comentó un tema.

-Hay una feria en dos semanas exactas, en la próxima clase te enseño más movimientos, y en las dos siguientes practicamos un paso a dos con Negro y Dalya para el día de la feria hacer una exhibición ¿te parece bien?- sus palabras me dejaron muda ¡una exhibición!

La ruta

Cuando llegué a la hípica, deseando hacer aquella maravillosa ruta, me encontré a María observando a Circe, con una cara de preocupación, le pregunté por que estaba así, y me contestó que Jessie estaba enferma, y no podía dar de mamar a Circe, me preocupé, el veterinario llegó 15 minutos después de que llegara yo más o menos,  y examinó a Jessie, Santi se acercó y dijo que ensillara a Torda. "¿A Torda?" esa era una yegua difícil para mi, o eso creía, Santi me dijo que la atara a dos vientos para ensillarla, porque podía morderme, una vez atada a los postes, le puse una mantilla de doma marrón oscura, la silla de doma, y la cinchadura, le coloqué baticola (la silla se hizo con baticola especial para esa yegua) porque la silla se le iba hacia delante muchas veces, Santi le apretó la cincha, y después le puse el bocado, con cadenilla, y una cabezada con cierrabocas "rara combinación" pensé yo, la llevé a la pista, y la trabajé un poco pie a tierra, Santi llegó al picadero con Negro ensillado, una preciosa mantilla de un rojo vivo y con una silla negra y brillante de doma clásica, dijo que fuera con el y que vendara a Torda, le puse las vendas, de color verde oscuro, y él, que aún no le había puesto la cabezada a Negro, me eneñó a ponér la de doble rienda, que es la propia para doma clásica.

Salimos al exterior de las cuadras, y cruzamos la puerta para ir a un lugar llano para montar, Torda era bastante alta, así que Santi me ayudó a montar en ella, cuando puse los pies en los estribos, y agarré las riendas, se alejó y se puso al lado de Negro, era altísimo, debía medir metro ochenta a la cruz, de un salto, pasó su pierna por encima de la grupa del gran caballo, y con suavidad, cayó en la silla, rápidamente, agarró las riendas, y colocó los pies en los estribos y chasqueó la lengua a la vez que golpeaba con los talones a Negro para que avanzara, yo hice lo mismo, yo seguí al binomio de expertos por la ruta que había planeado Santi, nos metimos por un camino rodeado de árboles, el paisaje era precioso, Santi hizo trotar a Negro y yo azucé a Torda, que no quería trotar, Santi frenó Negro, y me dio una fusta, nada más cogerla, noté como Torda, se había espabilado, y estaba lista para trotar, subimos una cuesta, y después el camino se ensanchó, y estaba mas llano, Santi azuzó de nuevo a Negro, sacando un hermoso galope corto.

-¡Vamos! ¿A que esperas?- Me dijo el, azucé de nuevo a Torda que no quería galopar, golpeé su flanco derecho con la fusta mientras chasqueaba la lengua, Torda salió a un galope acelerado y se puso al lado de Negro, la refrené con las riendas para ir un poco más atrás, Santi me dijo que azuzara un poco a la yegua y que me inclinara hacia delante"¿para que?" pensé yo, miré adelante, y lo vi, había un tronco bloqueando el camino, había que saltarlo, avivé a la yegua como él me había dicho, y cuando me acerqué al tronco, me incliné hacia delante, mientras apretaba las piernas con todas mis fuerzas, que no fueron suficientes, me desequilibré, y me caí hacia delante, por suerte estaba el cuello de Torda, al que pude agarrarme, y así impedir mi caída, me recoloqué en la montura y galopé hasta Santi que ya se puso al trote, troté sentado el resto del camino, hasta la hípica, até de nuevo a la yegua y esta vez, Santi hizo que limpiara los cascos del animal, lo hice, estaban llenos de pequeñas piedras hasta en la ranilla, cuando terminé guardé a la yegua en las cuadras, y fui a ver a Circe, Jessie no estaba, y había otra yegua de la que Circe estaba mamando en ese momento.

-¿Qué te parece?, es una yegua que nos han dejado para que de de mamar a Circe durante un tiempo, hasta que se cure Jessie.

-Es muy bonita, me gustan las crines que tiene.

-Mira esto- cogió la cuerda que sujetaba a la yegua de la jáquima y tiró suavemente de ella, tenía los ojos de un azul claro, y la piel era rosada, era una yegua cremella.

-¡Es genial! Nunca había visto un caballo cremello en mi vida.

Clases de vendado

Cuando, al día siguiente volví a la hípica por la mañana, Circe estaba suelta, se había escapado del cercado en el que estaba, todos intentaban atraparla, pero no lo conseguían... me acerqué a ella, y hice como si no estuviera fijándome en la potrita, la agarré de la cabezada, y la llevé junto a María, que se hizo cargo de ella, Santi, me propuso que montara a Linda y que la vendara, con gusto saqué a la yegua de su cuadra, la cepillé, y Santi, me enseñó a vendarle las patas, y la trenza dragonera, trencé a la yegua, y le vendé las patas, la até a un poste más cercano al guardarnés, y la preparé para la clase, esta vez, usé una mantilla azul, a juego con las vendas de sus patas.

Entré en la pista, a punto de montar en la yegua, me iba a subir en la silla, apoyando mi pié en el estribo, pero Santi me paró, y me dijo que no montara aún, tenía que darle cuerda a la yegua, para poder galopar sin peligro a que cabeceara.

Yo hacía sonidos con la boca, mientras sacudía la fusta contra el suelo, Linda salió al galope a mano derecha y cabeceó, cambié de lado a la yegua, paso, trote, paso, trote, galope, trote, paso. Así debía ser el orden en el que dábamos cuerda a los caballos antes de montar. Al terminar, monté en Linda, y hice un par de círculos al trote sentado con ella, me iba acostumbrando a ese tipo de trote,  cuando llevaba ya una media hora de clase, Santi me dijo que azuzara a Linda, y que me apretara bien en la silla, Linda salió a un galope suave y recogido, di dos vueltas al galope y hice que fuera de nuevo al trote, me sentí rara en ese cambió, di un saltito en la silla, y volví al trote sentado... después de una vuelta al trote, Santi me dijo que intentara galopar de nuevo y hiciera una diagonal al galope, hice un sonido con la boca y golpeé con los talones a la yegua, salió a un galope largo, pero lo acorté con ayuda de las riendas, cuando llegué a K hice un giro y galopé hasta X Santi me dijo que cambiara de mano, ya me explicó como se hacía, y no fue muy difícil, continué hasta M y giré, ¡Había cambiado de mano!

martes, 8 de septiembre de 2015

Circe, cada vez más lista

Después de la caída, mi madre, no quería que montara más, pero entre María, Santi y yo, la convencimos.

Fui al establo, y me acerqué a Circe, le até el ronzal, y con María llevamos a Circe y a Jessie al prado, como el día anterior, cuando llegamos de nuevo a las cuadras, saqué a Hispano, y le puse la mantilla de un tono rojo ajado, la silla, de cuero negro, y la cabezada, alemana, negra. Lo llevé a la pista, cerca de Santi, en esa clase, comencé a trabajar el trote sentado, al principio me resultó muy incómodo, pero a medida que avanzaban los trancos de Hispanito, me sentía más cómoda, en esa clase, no hubo caídas, y fue bastante satisfactoria, saqué a Hispano del picadero y lo duché para que se relajara un poco, lo llevé a la cuadra y cuando estaba a punto de irme, Santi me paró y me dijo que mañana practicábamos trote sentado, empezábamos galope y al día siguiente salíamos de ruta!

De nuevo clases de equitación

Al día siguiente de ponerle por primera vez el cabestro a la potra, fui a las cuadras para decir nombres para la yegua, Luna, Linda, Circe... todos les gustaban, pero decidí que Circe era el mejor, Circe era una semidiosa y hechicera griega, Circe era como una diosa, y hechizaba su belleza, un nombre perfecto, pensé yo.

Hoy ya empecé las clases de montar, saqué a Linda de la cuadra, y le puse el sudadero de color verde, sobre él, una silla de cuero marrón, y muy duro y le abroché la cincha, le pasé las riendas por el cuello y le metí el bocado en la boca, abroché todas las hebillas, y la saqué de las cuadras para entrar en el picadero de doma, una vez dentro, con Santi (el monitor) me subí en la yegua, y comencé a dar vueltas por la pista, una diagonal, y saqué el trote, (levantado, no había aprendido a hacer trote sentado todavía). Mientras doblaba a lo ancho en E, a Linda, le picó un tábano, y se asustó, no se encabritó (por suerte) pero si salió al galope, no pude aferrarme a la silla, y me caí, el casco se rompió, pero yo no sufrí daños, Santi, vino corriendo hasta donde estaba, pero ya me había levantado, y fuimos a coger a la yegua, yo le dije que quería montar de nuevo, para hacer bien el trote levantado, pero el negó con la cabeza. Me dijo algo como "no, no con ese casco, te daré otro" y me dio un casco nuevo, acerqué a Linda, y monté de nuevo, no estaba asustada, la frase de "no se es jinete si nunca te caes del caballo" me dio ánimos, además, sabía que no me había tirado ella, y la culpa de caerme de la silla, fue por no ir agarrada con las piernas a ella, ahora, llevaba las rodillas apretadas, preparada a cualquier reacción de la yegua, cuando terminó la cláse, bajé de Linda, la desensillé y la duché, Santi la metió en su cuadra, y me preguntó, si quería probar a usar el ronzal con la potranca, yo le dije si sería seguro para ella, y el me dijo que si, estábamos yendo para la cuadra , con el ronzal azul y amarillo en la mano para agarrar a Circe, en cuanto me vio, se acercó a mi, con la cola levantada, esperando que la rascara detrás de las orejas, le enganché la hebilla a la jáquima, y empecé a andar. Fue perfectamente todo el camino hasta el prado de mi mano, abrimos las puertas y la solté, en seguida echó a correr por la pradera, y Jessie, Jessie se quedó quieta, ¡comiendo todo lo que le entrara en el estomago!

De nuevo con Circe

Cuando nació Circe, solo podía quedarme una semana, por suerte, el verano estoy siempre con ella, en junio, cuando fui ya estaba grandecita, tenía cuatro meses, y aún tenía el pelo sedoso, pensé que no se acercaría a mi, ni dejaría que la acariciara, porque sus dueños me dijeron que mordía y coceaba en cuanto alguien se acercaba a ella, estaban en los prados, como todos los días desde que se hizo un poco mayor, cuando llegué al prado, me fijé en su marca en la cara, preciosa, para que Circe no se asustara mucho, me acerqué lentamente, mirando al suelo, a su madre, que respondió ante mis caricias con un leve relicho, Circe, curiosa, se acercó a mi, permití que oliera mi mano, cuando terminó de olerla, corrió hasta unos arbustos, y vino al galope hasta mi de nuevo, frenando en seco, quería jugar, "que graciosa" pensé yo, estaba suelta, todos dudaban que se escapara estando cerca su madre (ella si que estaba atada), Circe, aún no llevaba cabezada, estaba libre corriendo entre la hierba alta, que pronto se secaría, y se cortaría para las yeguas.

Un rato más tarde, me fui hasta las cuadras, a saludar a los compañeros de Jessie, estaban todos, Dalya, la tordita de 4 años, y su madre, blanca, que era torda moteada, también estaban Hispano, un castrado bayo, y Noa, una yegua torda, Negro, el macho entero de color negro morcillo, y Baya, una yeguita castaña preñada, Linda una alazana con un lucero, y por último Torda, una tordita muy "peculiar" (no dejaba que la montaran personas adultas). Les di una zanahoria a cada uno de ellos, y fui con María, la dueña del centro, le dije que me diera un cabestro para la potra, que para entonces, aún no tenía nombre, y la llamaban Pony, la jáquima era negra, sencilla, aún no tenía bordado el nombre del caballo en un lateral como en las otras. Llegamos al prado, yo estaba dispuesta a colocarle la cabezada a Circe, me acerqué a Jessie, al igual que la otra vez, y después acaricie a Circe con la cabezada, se la puse, y volvimos a las cuadras con ella, (suelta porque no se acostumbró todavía al ronzal).María me propuso que pensara un nombre para la potra, y se lo pusiéramos al día siguiente.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Hola


Hola, os voy a contar una historia, como conocí a Circe, y como nos hicimos amigas para siempre , el 14 de marzo, un día inolvidable, ese día fue en el que descubrí el amor a los caballos, Circe, había nacido, llegué cerca de ella, era bonita, me gustaban los caballos, pero como cualquier otro animal. No estaban muy lejos de mi casa, Circe nació en el campo donde solía pastar su madre, cerca de un bosquecito. Cuando vi a Circe, por primera vez, sentí como los caballos, formarían parte de mi vida, vi sus ojos, de un tono azul marino, y su piel, alazana, con una hermosa marca en la cara y dos calcetines en los pies, era preciosa, no se parecía mucho a su madre, que era de un color pardo y oscuro. Me quedé con ella, hasta que se levantó, y pudimos llevarla con su madre a las cuadras. Por cierto, me llamo Ana.